Una nueva especie de planta que vivió hace unos 400 años millones de años ha permitido a los investigadores saber más sobre el proceso evolutivo que dio lugar a las actuales complejas formas de reproducción de las plantas, el cual pasó por millones de años de evolución.
Un estudio de la Universidad de Stanford (EE.UU) que publica hoy lunes Current Biology señala que el fósil posiblemente pertenece a las briofitas herbáceas y corresponde al Devónico temprano, según un comunicado.
Esta nueva especie es, según el equipo, uno de “los ejemplos más complejos de una etapa aparentemente intermedia de la biología reproductiva de las plantas”, la cual produjo distintos tamaños de esporas, lo que supone un precedente en las estrategias de especialización de las plantas terrestres de todo el mundo.
Para el profesor de Ciencias Geológicas en Stanford y principal autor de la investigación, Andrew Leslie, el descubrimiento puede ser «una especie de instantánea de ese periodo de transición, muy raramente presenciado en la historia de la evolución, en la que se observa una alta variedad de esporas en la estructura reproductiva».
Las primeras plantas, de entre 475 y 400 millones de años de antigüedad, carecían de especialización reproductiva porque fabricaban los mismos tamaños de esporas; pero al dividir las esporas, las plantas asumieron más control sobre su reproducción.
Uno de los períodos de tiempo más importantes para la evolución de las plantas terrestres, el devoniano, fue testigo de la diversificación de los pequeños musgos a los grandes y complejos bosques.
El desarrollo de diferentes tamaños de esporas (heterospora) representa una importante modificación para controlar la reproducción, una característica que más tarde evolucionó en versiones pequeñas y grandes de estas unidades reproductivas.
La nueva especie, junto con el tipo de plantas «Chaleuria», representa la primera evidencia de una biología reproductiva más avanzada en las plantas terrestres, ya que el siguiente ejemplo no aparece en el registro fósil hasta 20 millones de años después.
«Este tipo de fósiles nos ayuda a localizar cuándo y cómo exactamente las plantas lograron ese tipo de división en sus recursos reproductivos», explica Leslie, para quien “el final de esa historia evolutiva de especialización es algo parecido a una flor”.
Los investigadores analizaron fósiles que llevaban décadas almacenados en las colecciones del Museo Nacional de Historia Natural de Estados Unidos.
A partir de unas 30 muestras de roca excavadas en Canadá, identificaron más de 80 estructuras reproductivas, que contenían esporas de un tamaño de 70 a 200 micras de diámetro, el equivalente a uno o dos cabellos, aproximadamente.
Mientras que algunas de las estructuras reproductivas contenían exclusivamente esporas grandes o pequeñas, otras tenían solo de tamaño intermedio y algunas presentaban de todas las medidas.
«Es raro conseguir tantos esporangios con esporas bien conservadas que se puedan medir», dice Leslie, quien considera que el equipo había tenido suerte por la forma en que se habían conservado.
Esta especie antigua de planta recién descrita «presenta una mezcla de esporas que no se parece a nada de lo existente en la actualidad».
«La historia general de la reproducción de plantas terrestres es de una mayor división del trabajo, especialización y complejidad, pero eso tiene que empezar en algún punto, esto es, la simple producción de pequeñas y grandes esporas», concluye el investigador.