El primer ensayo clínico a gran escala de un derivado de cannabis conocido como cannabidiol mostró que fue capaz de reducir la frecuencia de convulsiones epilépticas graves en 39 por ciento, informaron el miércoles investigadores.
El cannabidiol, o CBD, deriva de la planta de cannabis, pero no droga a los usuarios.
El estudio, publicado en el New England Journal of Medicine, se centró en pacientes jóvenes con síndrome de Dravet, una forma rara de epilepsia.
«El cannabidiol no debe ser visto como una panacea para la epilepsia, pero para los pacientes con formas especialmente graves que no han respondido a numerosos medicamentos, estos resultados proporcionan la esperanza de que pronto podremos tener otra opción de tratamiento», dijo el investigador principal Orrin Devinsky, profesor de neurología, neurocirugía y psiquiatría en el Langone Medical Center de la Universidad de Nueva York.
«Todavía necesitamos más investigación, pero este nuevo ensayo proporciona más pruebas de las que jamás hemos tenido de la efectividad del cannabidiol como medicamento para la epilepsia resistente al tratamiento», agregó.
Los investigadores usaron una forma líquida experimental de CBD, llamada Epidiolex, que no ha sido aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos.
De acuerdo al estudio, la frecuencia de convulsiones disminuyó en un 39% en el grupo tratado con CBD, con un promedio de casi 12 convulsiones por mes a aproximadamente seis.