Fumar, el sobrepeso, el uso de teléfonos móviles, son nada más algunos de los peligros clásicos para la fertilidad masculina. Un estudio publicado en la revista Fertility and Sterility, apunta nuevos factores que podrían incidir negativamente en la calidad del esperma: el trabajo físico, la hipertensión y el consumo de medicamentos.
La investigación siguió durante un año a 465 hombres estadounidenses, cuya edad media era de 31,8 años, y que estaban intentando concebir y que todavía no tenían ningún hijo. A través de muestras de esperma que los participantes tomaban en sus casas, se observó que la concentración media de espermatozoides era de 61,8 millones por mililitro -la cantidad normal se sitúa entre los 40 y los 300 millones por mililitro-, presentando un 8% de ellos oligospermia, esto es, semen de baja calidad.
En el estudio se expone cómo uno de los factores de sufrir dicha oligospermia era tener un trabajo «físicamente exigente». Concretamente, el 13% de los hombres que informaron desarrollar una intensa actividad en su trabajo, resultó tener un conteo bajo de espermatozoides.
Además, otro de los factores de riesgo que señala el estudio es la medicación: el riesgo de tener un número inferior a 39 millones de espermatozoides, esto es, menos de lo normal, era del 15% entre aquellos que tomaban dos o más medicamentos regularmente, frente al 7% de quienes no se medicaban. Concretamente, la media de medicamentos que consumían quienes tenían un nivel inferior a 39 millones de espermatozoides por mililitro era de 1,2 fármacos, frente a quienes tenían un nivel normal de esperma, que tan sólo consumían 0,6 medicamentos.
Para Agustín Ballesteros, presidente de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), la asociación de factores que presenta esta investigación, «podría tener sentido». Según ha explicado el especialista a este periódico, «el semen es muy influenciable por factores externos como el estrés, la alimentación, la contaminación, y las fuentes de calor excesivas».
Precisamente, es en el marco del estrés en el que Ballesteros relaciona la baja calidad del esperma con el trabajo exigente. Respecto a los fármacos, el doctor señala que, efectivamente, «sabemos que hay medicamentos que tienen una mayor relación en las alteraciones del semen». En cuanto al último factor que se menciona en el estudio, la hipertensión, el doctor lo atribuye a que haya «problemas circulatorios a nivel de testículo».
En cualquier caso, el doctor señala que hablar de factores que alteran el semen es siempre manejar hipótesis, porque, en realidad, «los mecanismos por los cuales se pueden alterar la producción espermática son diversos y tienen que seguir estudiándose».
En España, según los últimos cálculos realizados por la SEF, el factor masculino como causa clínica única es el responsable del 26,5% de las consultas que llegan a las clínicas de reproducción, y en un 26,7% de los casos el factor masculino aparece asociado a causas femeninas. Esto es, el hombre motiva, de una forma u otra, el 53,2% de estas consultas.
Con tantos factores de riesgo que van apareciendo según va pasando el tiempo y van las investigaciones, conviene no obsesionarse y tener claro qué puede hacer el hombre para intentar, de alguna manera, no perjudicar excesivamente la calidad de su semen. Como suele pasar en estos casos, las recomendaciones no distan mucho de lo que se aconseja normalmente: «Llevar un estilo de vida sano, una buena alimentación, intentar reducir el estrés en la medida de lo posible, no abusar de los tóxicos como el alcohol o el tabaco y -esta sí es más específica- evitar las fuentes de calor excesivas». Ballesteros apunta que, respecto a los fármacos, quizás habría que plantearse los «medicamentos o productos antioxidantes, ya que la oxidación puede empeorar los recuentos espermáticos».
En cualquier caso, para saber el nivel de fertilidad de una persona, este experto señala que el hombre debería realizarse un espermograma, que mide la cantidad y la calidad de su semen. «Si la prueba da un mal resultado, habría que acudir lo más prontamente posible a un centro especializado», dice Ballesteros