La construcción, que se levanta en la provincia de Neuquén (sur), comenzará la fase de construcción de antenas hacia finales de este año y podrá recabar información desde 2016, sostuvo el Ministerio de Planificación Federal en un comunicado.
Las obras implican una inversión de 300 millones de dólares y son llevadas a cabo por la Agencia de Lanzamiento y Control de Satélites de China (CLTC por sus siglas en inglés) según un acuerdo firmado entre ambos gobiernos en 2012.
Senadores opositores en Argentina cuestionaron el acuerdo por considerar que implica una cesión de soberanía al país asiático y llamaron a consultas este miércoles a funcionarios del gobierno.
«En el acuerdo queda claro que Argentina perderá soberanía con China porque personal de la planta estará bajo las leyes de ese país y el lugar que ocupe la estación en Neuquén quedará bajo control del gobierno chino», dijo el senador radical Juan Carlos Marino.
Marino es miembro de una comisión de Relaciones Exteriores del Senado que recibió este miércoles a autoridades de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae), contrapartida técnica local del proyecto, para pedir informes sobre la iniciativa.
Según lo acordado entre ambos gobiernos en julio de 2012, una vez finalizada la obra, la Conae podrá acceder a al menos «un 10% del tiempo disponible para el desarrollo de sus proyectos de investigación con tecnología de avanzada».
El ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, defendió el proyecto porque a partir de él Argentina «podrá formar parte del reducido grupo de países que realizan exploración del universo».
El observatorio se emplazará en el paraje Bajada del Agrio, en el centro oeste de Neuquén, que cedió a la Conae el espacio por 50 años para alojar allí las instalaciones.
La estación tendrá una antena de 35 metros de diámetro, proveerá visibilidad de las naves espaciales chinas desde el hemisferio sur y dará apoyo en tierra al programa de exploración lunar chino, a las misiones interplanetarias y a las de estudios astronómicos de ese país.
El emplazamiento forma parte del plan espacial chino que incluye el lanzamiento este año de una sonda orbital lunar, una estación permanente en órbita antes de 2020 para, en el futuro, enviar un hombre a la Luna y la toma de muestras en Marte antes de 2030.