El Salvador
martes 26 de noviembre de 2024

La acuicultura sostenible, una opción para la seguridad alimentaria

por Redacción

¿Tiene la pesca los días contados? Ante el alarmante agotamiento de las reservas pesqueras del planeta, la acuicultura y otras tecnologías ofrecen una alternativa más sostenible para explotar los océanos con el objetivo de garantizar la seguridad alimentaria, según expertos.

Se prevé que en el año 2050 comenzará una declinación del nivel de pesca silvestre.

Más del 65% de las reservas pesqueras del mundo están plenamente explotadas o sobreexplotadas, según datos de la FAO, la Organización para la Alimentación y la Agricultura de Naciones Unidas.

La estimación de crecimiento de la población humana indica «que sin un aumento considerable de la captura de peces o acuicultura -que debería duplicarse- se van a producir escaseces críticas para la disponibilidad de proteínas de origen animal y de pesca», explica a la AFP Patricio Bernal, coordinador de la Iniciativa de Alta Mar de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

Las «granjas de peces», donde nacen de forma controlada, se alimentan y son recolectados, se plantean como la solución al problema, según expertos internacionales reunidos este miércoles en Santiago, en la quinta edición de la Iniciativa Azul de Mónaco, impulsada por el príncipe Alberto II.

«La acuicultura es el futuro. En lo que se refiere a tierras de cultivo o cría de ganado, no hay mucho más que podamos hacer, pero necesitamos empezar a mirar a los océanos que tienen tanto por ofrecer», dice a la AFP Roy Palmer, de la Asociación Internacional de profesionales del marisco, que agrupa a pescadores, científicos y comerciantes de este recurso.

Granjas acuáticas

Para Palmer, el ejemplo más claro de este potencial se encuentra en el Delta del Río Mekong, en Vietnam, donde se produce pangasius, un pez blanco exportado a países europeos, que lo han convertido en un producto básico.

«Esa pequeña área produce más pescado en aguas dulces que todo el pescado capturado en el agua (marina) y cultivado de todo Australia y Nueva Zelanda juntos», aseguró a la AFP Palmer.

Sin embargo, no todas las especies son igual de sostenibles en su crianza, ni podrán saciar la demanda de proteínas de una población mundial que cada día crece y consume más.

El salmón, el pez más criado en Chile bajo métodos de acuicultura y una de sus exportaciones estrella, necesita ser alimentado con harinas y aceite de pescado, lo que eleva su costo final y lo hace más inaccesible.

Algo que no ocurre en el caso de peces herbívoros como la tilapia o los peces gato (catfish), que se alimentan de forma autónoma y son más baratos.

Otra de las alternativas es mejorar las condiciones del sistema oceanográfico y biológico marino para producir más biomasa y alimento para peces, y así asegurar la conservación de los recursos marinos.

Con este objetivo, una de las propuestas chilenas es la creación de arrecifes artificiales.

«Las larvas de algunas especies necesitan un lugar donde asentarse, un sustrato duro, y son limitadas. En el mar hay mucho espacio pero no hay suficientes rocas. Es como las personas, necesitan un hogar», destaca Víctor Gallardo, de la chilena Universidad de Concepción.