El genoma del elefante africano contiene también el mayor número de genes relacionados con los receptores olfativos (cerca de 2.000), según el estudio publicado el martes en la revista Genome Research.
Esto significa que un elefante dispone de un olfato cinco veces más desarrollado que el de un ser humano, dos veces más eficiente que el de un perro, e incluso le disputa el récord del mejor órgano olfativo al anterior poseedor en el reino animal, que era la rata.
«Al parecer, la nariz de un elefante no sólo es larga sino también muy eficiente», señaló el autor principal del estudio, Yoshihito Niimura, de la Universidad de Tokio.
La manera en que estos genes olfativos funcionan no se conoce bien, pero les ha permitido sin duda a los elefantes sobrevivir a través de los tiempos. En efecto, la capacidad de oler permite a los animales encontrar alimento, parejas y evitar a los depredadores.
Para este estudio, los científicos compararon el aparato olfativo de los elefantes con los de otros 13 animales, entre ellos caballos, conejos, cuyes, vacas o chimpancés.
Los primates y los seres humanos son los que tienen menor número de genes relacionados con el olfato, halló el estudio. «Esto podría ser una consecuencia del hecho de que nos apoyamos menos en el olor, porque nuestra visión ha progresado», dijo Niimura.