El conglomerado industrial japonés Toshiba, conocido por sus aparatos electrónicos o sus reactores nucleares, dio a conocer el pasasdo jueves una nueva actividad: la venta de verdura producida en una fábrica.
«Vamos a darle una nueva dimensión a nuestra división de atención sanitaria», anunció Toshiba en un comunicado.
El conglomerado va a producir verdura sin pesticidas ni otras sustancias químicas en una fábrica totalmente aséptica, pero regida por un formidable despliegue de material electrónico.
Toshiba, especializado entre otras cosas en equipamiento médico, y que gestiona un hospital propio en Tokio, dice querer contribuir a la buena salud de la gente. Según el conglomerado, este objetivo pasa por el consumo de una comida sana, que puede producirse en fábrica bajo ciertas condiciones tecnológicas.
Por eso, Toshiba está trabajando en una fábrica abandonada de la periferia de Tokio para dotarla de «sistemas especiales de iluminación fluorescente, optimizados para el crecimiento de las plantas, un aire acondicionado que mantiene siempre la misma temperatura y un nivel de humedad constante, un dispositivo de vigilancia del estado físico de las plantas y equipamientos de esterilización para el envase de los productos».
La delicada gestión de esta fábrica se efectuará con medios similares a los empleados en las fábricas de semiconductores, otra especialidad del ecléctico conglomerado nipón.
«Al minimizar el contacto de los productos con partículas, es posible aumentar su conservación en buen estado», puntualiza Toshiba.
En una superficie industrial de cerca de 2.000 metros cuadrados, el grupo producirá el equivalente de 3 millones de ensaladas al año, y suministrará lechuga, espinacas y otras verduras a supermercados y restaurantes.
Toshiba prevé cultivar, en función de la demanda, productos con rasgos particulares, como por ejemplo un fuerte contenido de vitamina C.
Toshiba no es el primer grupo japonés de electrónica que se interesa por las «fábricas de verdura».
Panasonic y Fujitsu tienen «explotaciones agrícolas» de este tipo, creadas hace poco en la prefectura de Fukushima (noreste), donde parte de la población prefiere la verdura producida en espacios cerrados a la cultivada en el campo, por miedo a que esté contaminada por la radioactividad.