NUEVA YORK, 16 abril 2014. Camina, corre y sube y baja escaleras. Puede abrir una botella y servir en un vaso y estrecha la mano con educación para saludar a un extraño. Uno espera que se saque el casco y aparezca un niño. Pero no. Es la última versión de ASIMO, el increíble robot humanoide de Honda.
Cuando entra caminando en el escenario en el salón de un hotel de Nueva York, ASIMO parece un pequeño astronauta, con su 1,30 metros de altura, su «traje blanco» y su casco, a través del cual pueden verse dos grandes «ojos» negros y una sonrisa.
«¡Hola Nueva York! Gracias por venir hoy», dice en inglés, con la voz grabada de un chico de 16 años. También puede expresarse en lenguaje de señas y en japonés, una las mejoras de las nuevas versión.
ASIMO («Advanced Step in Innovative Mobility» o Paso Avanzado en Movilidad Innovadora) ha recorrido un largo camino desde su primera versión presentada por la compañía japonesa en 2000, tras 14 años de investigación en ese sector.
Honda organizó el miércoles una demostración en la Gran Manzana para dar a conocer los últimos avances en su pequeña maravilla, de la que busca que un día pueda ayudar a personas que necesiten asistencia para tareas diarias, por ejemplo ancianos con dificultades motrices.
El nuevo modelo, que pesa 50 kilos, está hecho de una aleación de magnesio, resina plástica y otros materiales. Funciona con una batería recargable de litio con una autonomía de unos 40 minutos.
El robot ya era capaz de caminar, correr, subir y bajar escaleras, evitar objetos y reconocer rostros humanos.
Entre sus avances están, como quedó dicho, el de expresarse en lenguaje de señas, pero también una mayor destreza en sus manos (que tienen la configuración de las humanas), correr en dos velocidades diferentes hasta 9km por hora, subir escaleras con más facilidad, saltar y balancearse en un pie.
«Honda cree que estas mejoras en ASIMO nos acercan un paso más a nuestro objetivo final de ser capaces de ayudar a todo tipo de personas que lo necesiten», dijo Satoshi Shigemi, ingeniero en jefe en Investigación y Desarrollo de Honda y responsable del sector de robótica humanoide.
Sensores cada vez más perfectos
ASIMO tiene sensores cada vez más desarrollados, lo que le permite ejecutar cada vez más acciones y moverse con mayor agilidad.
Frente a una mesa con una botella y un vaso, el robot va a reconocer la botella, tomarla con sus manos, abrirla y servir el líquido en el vaso, en una acción coordinada y prolija.
También es capaz de subir escaleras sin detenerse frente a ellas y golpear un balón con fuerza tomando una carrera de dos pasos.
Sin embargo, la utilización de ASIMO como auxiliar en el hogar para personas con dificultades motrices o en lugares públicos aún va a tardar «varios años», admitió Shigemi ante una pregunta de la AFP.
«ASIMO necesita adaptarse a la gente, a cualquier tipo de situación, distinguir el movimiento en la gente. Ese es nuestro desafío. Necesitamos trabajar en esa función», explicó el responsable de Honda.
En ese sentido, dio un ejemplo práctico de las limitaciones del robot, que aún no puede detectar si una persona se le acerca para interactuar con él o simplemente porque está pasando a su lado.
De un modo más amplio, Shigemi señaló que es necesario «entender lo que la gente espera de ASIMO y lo que la gente quiere que ASIMO haga».
Japón es uno de los países más avanzados en materia de robótica: autómatas trabajan en equipo en las fábricas cada vez más cerca de las personas, e incluso las acompañan en sus casas, desde la cocina hasta los dormitorios.
Entre las creaciones niponas se encuentra Kirobo, un pequeño androide japonés enviado a la Estación Espacial Internacional para hacer compañía a un astronauta compatriota suyo, que el año pasado pronunció las primeras palabras de un robot en el espacio.