La señal emitida por Rosetta, que recibió la orden de despertarse este lunes a las 10H00 GMT, llegó a las 18H18 GMT al centro de control de la ESA en la ciudad alemana de Darmstadt, tras un largo proceso de reactivación y de recorrer los 800 millones de km que la separan de la Tierra en 45 minutos a la velocidad de la luz.
La ESA espera que Rosetta le revele los misterios del origen del sistema solar gracias al análisis del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, que debe alcanzar este próximo verano boreal antes de hacer un pequeño recorrido con él hasta finales de 2015.
La sonda y su pequeño módulo Philae, que debe posarse en el cometa en noviembre de 2014, están dotados en total de 21 instrumentos.
Antes de lograrlo, el camino habrá sido largo: unos 7.000 millones de kilómetros desde el lanzamiento de la sonda en marzo de 2004.
Esta misión de «arqueología espacial» debe su nombre a la famosa piedra Rosetta (un fragmento de estela con un mismo texto en tres lenguas diferentes) que permitió al francés Jean-François Champollion descifrar jeroglíficos egipcios a principios del siglo XIX.
«Los cometas son ‘cápsulas testigo’ del nacimiento del sistema solar», hace 4.600 millones de años, resumió Mark McCaughrean, uno de los responsables de la exploración espacial en la ESA.
«Abrir estas cápsulas mirando los gases, el polvo y sobre todo el hielo que los componen es obtener pistas formidables sobre el origen de nuestro sistema solar y a lo mejor también de la vida, porque los cometas contienen moléculas orgánicas», explicó.
Pero después del éxito del despertar, los científicos deben primero verificar el estado de salud de la sonda y de su pequeño módulo Philae, que si toda marcha como planeado, debe posarse en el cometa en noviembre próximo.
Los dos aparatos están dotados en total de 21 instrumentos que deben ser activados para el estudio del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko.
¿Por qué el 67P/Churyumov-Gerasimenko y no uno de los otros innumerables cometas cercanos a nosotros? Porque ha vivido miles de millones de años en el espacio profundo hasta que un paso cerca de Júpiter modificó radicalmente su órbita en 1959. Dicho de otra manera, este cometa casi no ha sido erosionado por los rayos de sol y su testimonio sobre el universo promete ser particularmente comprensible.
«Vamos a estar muy ocupados en los meses que vienen para preparar la sonda y sus instrumentos a los desafíos operacionales que plantea el estudio prolongado y a fondo de un cometa del cual sabemos poco por el momento», dijo Andrea Accomazzo, responsable de las operaciones de la misión.
«¡Queremos saberlo todo sobre el cometa, su campo magnético, su composición, su gravedad, su temperatura, todo!», se entusiasmó a su vez Amalia Ercoli-Finzi, responsable de uno de los numerosos experimentos que figuran en el programa.
La próxima etapa crucial es el despertar, a partir del 28 de marzo, de Philae, con miras a su aterrizaje sobre el cometa, una primicia en la historia espacial, precisa el CNES, la agencia espacial francesa, muy implicada en la misión.
Todos los equipos del pequeño robot de 100 kg serán reanimados y verificados, mientras que los ingenieros cargarán el programa informático del vuelo que debe pilotar Philae durante su descenso.
Las primeras imágenes del cometa deben ser recibidas en mayo, cuando Rosetta se encontrará a «apenas» dos millones de kilómetros de su objetivo.