Los herederos de una familia judía de coleccionistas de arte presentaron una demanda de restitución del «Friso de Beethoven» de Gustav Klimt, anunció este miércoles el ministerio de Cultura austríaco.
La Comisión de restitución estudiará la petición, que llegó el miércoles por la mañana, precisó a la AFP Raimund Lang, portavoz del ministerio.
Lang no quiso adelantar cuándo se conocerá la decisión de la Comisión porque, según explicó, «el asunto es complejo».
Los representantes de la familia Lederer darán una conferencia de prensa el jueves en Viena.
La obra, robada por los nazis en 1938, fue restituida al hijo de Serena Lederer, Erich, después de la Segunda Guerra Mundial.
Pero como el friso no podía salir del país debido a una prohibición de exportación, Erich Lederer lo vendió en 1973 a Austria.Después de años de restauración fue expuesta en el Museo de la Secesión de Viena a partir de 1986.
«En virtud de la ley actual, es posible devolver una obra de arte vendida a un país a causa de una prohibición de exportación. Y esto es exactamente lo que sucede con el ‘Friso de Beethoven'», explicó el abogado de una parte de la familia, Marc Weber.
Según The New York Times, Austria compró la obra por 750.000 euros, o sea dos veces menos que el precio estimado entonces por la casa de subastas Christie’s.
El «Friso de Beethoven» fue presentado por primera vez el 15 de abril de 1902 en el Museo de la Secesión.
Este fresco mural de 34 metros de largo por 2 metros de alto consta de tres partes. Representa la interpretación de la sinfonía número 9 del compositor alemán Ludwig van Beethoven (1770-1827).
Gustav Klimt (1862-1918) pintó ese friso monumental para la XIV exposición del movimiento de artistas austríacos de la Secesión dedicada a Beethoven.
Fue comprada por el mecenas Carl Reininghaus, quien luego la vendió a la familia Lederer. Tras la incorporación de Austria a la Alemania nazi en 1938, la coleccionista de arte Serena Lederer emigró a Hungría, donde falleció en 1943.