Visitar la Casa Museo de Alejandro Cotto ya no es lo mismo. Sus puertas están cerradas desde hace meses. En el interior reposa “El hijo de Suchitoto”, Alejandro Eugenio Cotto Paz sigue enfermo.
Las habitaciones están cerradas, cilindros de oxígeno, mascarillas y otros elementos de uso médico invaden las exposiciones de pintura, escultura, reconocimientos y otras piezas que el promotor cultural atesora. El ambiente es muy triste.
Para el salvadoreño, Edwin Arévalo, un cineasta y productor amigo de Alejandro, todo está diferente a como lo dejó hace tres años, cuando fue la última vez que lo visitó. Edwin se convirtió en un gran amigo de Alejandro, hace poco más de seis años, unos meses antes de iniciar una gran travesía.
Arévalo, radicado en Argentina, estuvo en Suchitoto realizando un documental que rinde homenaje a la vida y trayectoria de Cotto, “Memorias Alejandro Cotto”, un filme de 73 minutos, que recoge la vida de su colega de antaño: desde su niñez, su formación en las artes cinematográficas con cineasta Julio Bracho y la relación agridulce con su amado Suchitoto.
Cotto, está de manteles largos este jueves ha cumplido 87 años . No rendirle un tributo sería un pecado. Arévalo tomó la decisión de documentar la vida del longevo creativo, responsable de importantes filmes como “El Carretón de los Sueños”, “El Rostro” y otras producciones que logran ser rescatadas en diferentes de viajes.
“Las producciones cinematográficas de Cotto son parecidas un poco al neorrealismo italiano, podríamos compararlo Vittorio de Sica, el director del Ladrón de Bicicletas”, expresa Arévalo.
El cine para Edwin no es nuevo. Ha hecho las películas, “Sangre en el Cuerpo” y “Tres Caminos”, para él es imposible no hacer cine, más aún cuando se trata de historias impresionantes. A Alejandro lo conoció cuando lo visitó junto a un amigo. Le prometió hacer una producción de su vida y obra, pero el intento habría quedado en el aire, hasta que recibió la llamada avisándole que Alejandro estaba enfermo y que realizaran las entrevistas lo más pronto posible. Es así como él decide emprender un viaje a El Salvador. Sin embargo esta producción le llevó a reencontrarse con la historia del cine salvadoreño.
“Competencia no había en El Salvador en el tiempo que él hacia cine, habían unos que hacían experimentos cinematográficos pero no cine. Cuando Alejandro hizo “El Rostro” no tenía competencia. Con esta película Cotto dio un paso firme, contó con excelentes realizadores. Con esta producción Alejandro se consolidó como una roca del cine salvadoreño”, expresó el recientemente galardonado cineasta.
El filme revela diversos hallazgos sobre Alejandro Cotto, reafirma su participación en diversos festivales. El trabajo cinematográfico de Arévalo trasciente a la investigación y la obtención de evidencias en las sedes fílmicas que son desveladas en su producción.
“Cotto participó en el Festival de Cine de Berlin, de 1961; estuvo en el Festival de Cine de Mar de Plata; en el Festival de Cine de Bogotá y Festival de Cine de Bilbao”, expresó Arévalo.
El hijo de Suchitoto no tenía una copia de sus producciones, estas fueron recopiladas tras largos viajes para rescatar “El Rostro”, “El Carretón de los Sueños”, “Un Camino de Esperanza” y “Universo Menor”.
“Dos de estas se encontraron en México, en la biblioteca de la Universidad Autónoma de México; otra en Italia y solo una en El Salvador”, agregó.
La producción se terminó en enero de 2013. Durante seis años de arduo trabajo, sin un centavo en el bolsillo para su realización, Arévalo consigue manos amigas que se embarcan en la travesía que ronda el legado y vida de Alejandro Cotto. Fueron los amigos de Arévalo quienes creyeron en el proyecto y quienes aportaron su granito de arena para costear esta producción. El presupuesto totalizó los $54 mil 700.
“Si tuviera que hacer este trabajo sabiendo que me va a tomar seis años y si tuviera que caminar otros seis años lo volvería a hacer porque llegué a enamorarme del pasado cinematográfico del país y me llevó a enamorarme del pasado del cine salvadoreño y me llevó a reencontrarme con ello”, expresó Eduardo.
Cuando se terminó de grabar la última copia del documental, Edwin llamó a Alejandro para contarle, el anunció lo llenó de alegría. Hace una semana lo volvió a visitar para prometerle que vería la cinta junto a él en una laptop, “un apretón de manos” fue la respuesta del beneplácito de Cotto con este homenaje. Para Arévalo este ha sido uno de los más importantes trabajos realizados.
“Las nuevas generaciones tendrán un reencuentro con la historia porque hay nuevas generaciones que no conocen a Cotto. Esa es una de las razones por las que lo quise hacer. Así los jóvenes verán lo que se hizo antes”, puntualizó el cineasta salvadoreño.
Alejandro Cotto tiene una larga trayectoria, es muy conocido por los salvadoreños. La Asamblea Legislativa lo declaró «hijo meritísimo», además ha recibido el Premio Nacional de Cultura, por si eso fuera poco los Reyes de España le otorgaron un reconocimiento por su legado.
El artista, ahora, reposa en su cama y la Asamblea Legislativa autorizó que, al ocurrir su deceso los restos mortales sean inhumados en su casa-museo.
Este jueves se realizará la proyección de la cinta, en el Teatro Las Ruinas “Alejandro Cotto”, en Suchitoto, a las 6 p.m. Para los capitalinos, la proyección del documental se realizará este 14 de noviembre a las 7 p.m. en el Museo Nacional de Antropología, “David J. Guzmán” (MUNA), la entrada a ambos eventos será gratuita.