El Salvador
jueves 17 de abril de 2025

Un Hamlet alegre y planetario deslumbró a los salvadoreños

por Pabel Bolívar

La compañía inglesa Globe to Globe celebró en El Salvador el 450 aniversario del nacimiento de Shakespeare con la presentación de Hamlet. La atrevida puesta en escena cautivó a los presentes, quienes agradecieron colmando el Teatro Nacional de San Salvador.

Un Teatro Nacional abarrotado recibió con los brazos abiertos a Hamlet, la obra cumbre del dramaturgo William Shakespeare, traída desde Londres por la compañía Globe to Globe, como parte de su gira mundial que ya ha recorrido 35 países.

La fila en el teatro, una hora antes de la presentación, era una prueba fehaciente de las expectativas de los salvadoreños por sumarse al 450 años del nacimiento de Shakespeare: en avión, tren, barco o autobús, la caravana de Globe to Globe ha recorrido lugares tan diversos como Noruega, Bahamas y La Habana, donde la puesta en escena fue ampliamente celebrada por la crítica. Para los amantes de las tablas perderse la única función era un crimen.

“Es la primera vez que veo Hamlet. Espero una interpretación de Shakespeare que refleje la cultura de los creadores. No es lo mismo cuando nosotros latinoamericanos que le damos nuestro enfoque, que cuando lo hace alguien que ha pertenecido al patrón cultural de Shakespeare está inspirado. Espero que a mí me dé una visión de lo que es Hamlet, y sobre todo espero que sean actuaciones honestas”, expresó Emety Pleitez, una de las asistentes.

Junto con el público en general, actores, escritores y otros personajes del mundo artístico se hicieron presentes y disfrutaron de la función que, como todo clásico, conserva intacta su vigencia.

Pasadas las seis de la tarde se abrió el telón y a ritmo de guitarra, violín y acordeón se auguraba una producción atrevida, enfocada en resaltar humor negro, la creatividad del autor y el obligado derroche de angustia existencial que involucra al protagonista.

Hamlet, hijo del fallecido rey de Dinamarca, se entera que su padre ha muerto y decide regresar a su país. Todo está patas arriba: a tan solo dos meses de la muerte del rey, su madre se ha casado con Claudio, tío de Hamlet, quien de súbito se convirtió en el nuevo monarca.

El fantasma de su padre aparece y le cuenta a Hamlet que fue asesinado por su hermano y lo insta a vengarse; esta sed de venganza la asume el príncipe y se convierte en el hilo conductor de la obra, en el vehículo para arrastrar tras de sí la conducta de otros personajes y exponer sus cavilaciones sobre la muerte, el amor, el poder y la condición humana.

Aquí emerge la locura, uno de los temas clave para entender el drama y que han analizado cientos de intelectuales, críticos literarios y hasta psicólogos de la talla de Jaques Lacan. Hamlet se ha vuelto loco, o al menos eso hace creer a los demás. Con su locura autoimpuesta, tiene el poder de manipular a los demás personajes y a la misma audiencia ya que sus divagaciones, su lenguaje a veces incoherente y sus súbitos cambios de ánimo nos hacen dudar por momentos su simulación.

Se piensa que la estela de sangre y muerte que deja el final de Hamlet (muere Laertes, Ofelia, Claudio, la reina Gertrudis y el propio Hamlet) es una muestra de su actitud caprichosa y su deseo ilimitado de venganza; sin embargo, esta no es más que el destino inevitable de un reino y una sociedad condenada a la decadencia.

La puesta en escena de Globe to Globe, presentada en su lengua original inglesa, cumple con la labor de combinar un ambiente alegre y por momentos carnavalesco, así como presentar un Hamlet renacentista, es decir astuto y capaz de imponer su voluntad en condiciones adversas, aunque eso implique su muerte.

Sin embargo, en aras de resaltar estas características, la obra, en sus dos horas cincuenta minutos de duración, pierde una fuerza vital en el teatro shakespeareano, que es mostrar en su máxima expresión hasta dónde llegan las pasiones humanas. Lo que sienten, sufren y experimentan los personajes queda en un segundo plano. Lo vemos claramente en la lánguida actuación de Laertes o en el desaprovechamiento de un personaje cumbre como Ofelia, quien sí cae en la categoría social de “loca”.

Esta poca profundidad, producto de una actuación apegada en demasía al texto original, da al traste con la pretensión de captar a Hamlet como un símbolo inolvidable de la condición humana. Pese a la versátil actuación de Hamlet, interpretado por el nigeriano Ladi Emeruwa, el montaje de Globe to Globe fue incapaz de calibrar la tensión dramática y aprovechar al máximo la complejidad filosófica de una obra de tal magnitud.

Pese a estas inconsistencias, la estancia de Globe to Globe deslumbró al público salvadoreño que logró contagiarse de la atmósfera festiva del Hamlet contemporáneo y que lo demostró con un derroche de aplausos.

La compañía de 12 actores, que recorrerá 205 países hasta el 23 de abril de 2016, tendrá su próxima parada en San José, Costa Rica, el 23 de agosto.

Hamlet