Alicia Chong, Paola Miranda y Egly Larreynaga se sientan en un sofá para conversar con Diario 1, luego de ensayar la nueva obra que estrenarán al final del presente año. Cada una es descrita por sus compañeras. Alicia es el “vendaval” del grupo, la más fuerte, alegre y la más «azorada». Paola es la tranquila y diplomática, la menos azorada. Egly se conoce por ser la cara más pública del grupo, vela porque todo en el grupo funcione. Pamela Palenciano es la cuarta integrante del grupo, por el momento se encuentra en España, su país de nacimiento.
En el 2011 las tres chicas decidieron fundar Teatro del Azoro con las ganas de hacer dramaturgia que hablara sobre la violencia, pobreza y desigualdad que hay en El Salvador. Pero, su historia comienza en el año 2002 cuando Egly y Paola estudiaban en un mismo taller de actuación. Luego Alicia se integró al taller que con el tiempo se deshizo, pero continuaron con su amistad.
Alicia formó parte de un elenco de teatro y trabajó como artista independiente. Egly y Paola por separado fueron a estudiar al extranjero. Las tres se reencontraron en el país en el 2009. Para ese entonces, pertenecieron a grupos mixtos, pero Egly comenta que sentían la necesidad de contar historias, les costaba encontrar dónde ser oídas. Poco a poco empezaron a madurar la idea de crear una compañía propia. El Instituto Salvadoreño para el Desarrollo de la Mujer (ISDEMU) les pidió en el 2011 que realizaran una obra llamada “Partidas”.Ahí se constituyó formalmente Teatro Del Azoro
En el 2012 estrenaron “Los más solos”, con ella se presentaron en el Penal de Ciudad Barrios ante 1,500 pandilleros. Un año después “Made In El Salvador” surgió y fue presentada en diferentes salas de teatro. Durante estos 5 años se han presentado en España, México, Bolivia, Honduras, Guatemala, Costa Rica, Estados Unidos.
Al ser un grupo solo de mujeres comentan que hay muchas ventajas, la principal es que hay más complicidad o comprensión. Paola explica que si cualquiera de las tres actrices falta a los ensayos porque está o tiene hijas, padres enfermos, no hay quejas o reclamos. El grupo tiene una sensibilidad humana.
Pero no todo ha sido color de rosa. Como actrices dicen que han sido víctimas del machismo que predomina en el país. Cuando se les pregunta si existe machismo en el teatro, ellas contestan al unísono: Sí. Alicia añade que hay un problema mayor, como el acoso sexual. Mencionan una lista de nombres de actores y directores de teatro que han cometido abuso o acoso sexual, entre ellos un director de la Universidad de El Salvador que “les dice a las señoritas que se pongan tanga porque van a actuar mejor”.
¿Por qué cuentan historias tristes de violencia económica, sexual y física?
Alicia:Porque son la realidad de nuestro país. El Salvador está viviendo una situación de violencia desde hace décadas. Por ejemplo, digamos que vos estas tomando una historia escrita como Romeo y Julieta, de repente vos necesitas contar algo más que solamente un conflicto de amor o conflicto de familia porque aquí los conflictos de familia son polarizados, entonces por qué no contarlo como grupo y ahí empezas a ver diferentes aristas de violencia las cuales podes ocupar en tus historias.
Egly: Primero porque es parte de nuestras líneas cuando fundamos Teatro del Azoro. Se va a oír bien romerista, pero queríamos hablar de los sin voz, hablar del bajo mundo, de la marginalidad porque ahí hay violencia y hablar de cómo nosotros formamos parte de esa violencia. El arte y el teatro, permite mostrar un reflejo a través de nuestras historias y decir “esto somos” y yo creo que para sanar algo hay que aceptar que somos así y cómo decía un periodista: “Para que un alcohólico se cure es necesario que acepte su condición de alcohólico, quizá para que una sociedad descompuesta deje de serlo tiene que aceptar su descomposición”. Entonces, si hablamos de esta violencia, ese tema que lo escuchamos, pero que no lo vemos, el arte permite verlo.
Las integrantes del elenco pueden hablar de violencia no solo porque han visto o leído, sino porque también la han vivido. Tanto Alicia como Egly han sido víctimas de abuso sexual. Larreynaga fue abusada en tres ocasiones durante su infancia. Alicia recuerda que durante su infancia acompañó varias a su madre al hospital luego que su padre la golpeará. Paola aunque no vivió una infancia violenta recuerda los cuadros de la guerra civil, como el de una señora siendo quemada.Haber experimentado violencia no solo les permite hablar con propiedad, sino que también las cohesiona como grupo, pues todas han vivido situaciones similares con las violaciones, la muerte y la guerra.
¿Si el país tuviera una industria teatral más grande, o de larga trayectoria histórica, fuera un país diferente en cuanto a su realidad?
Alicia: Definitivamente, porque primero el arte te hace pensar, sea chistoso, hasta Lemus Simún te hace pensar, hasta esa mierda de los maridos te hace pensar. En cuanto a beneficios económicos, el teatro le da trabajo a costureras, carpinteros, electricistas, sonidistas, músicos. Le da trabajo a un montón. Generamos economía. Si el teatro acá tuviera una gran trayectoria seguramente El Ministerio de Turismo pudiera aprovechar esto para promover el arte y que extranjeros invirtieran en una entrada al teatro.
Habría una compañía nacional de teatro. Los mecanismos de creatividad fueran más funcionales, hubieran diferentes tipos de teatro (comercial, documental, clásico) la gente pudiera elegir que ver. Si a los niños los llevaran al teatro, seguramente hasta quizá pudieran leer mejor y escuchar de una manera diferente; tendrían un punto de vista que quizá tienen las personas de 20 años.
Desde su perspectiva artística ¿Qué hace falta para que la situación de violencia cambie?
Egly: Definitivamente que cambiemos todos, el sistemas en el que se está, la clase alta de este país. A nosotros nos dio una respuesta en el psiquiátrico y que sintetizó todo. Le preguntamos si había paz en el país y el nos contestó “paz con hambre no se puede”. Entonces eso hay que hacer.
Azoro -según la Real Academia de la Lengua Española (RAE)- significa asustar, perseguir, sobresaltar. Según un estudio cuantitativo del Instituto Universitario de OpiniónPública (IUDOP) dos tercios de la población salvadoreña está asustada o insegura al salir a las calles, en un país donde hasta el 30 de abril de este año había un promedio de 19.5 muertos diarios, según Medicina Legal. Una cifra que alarma a cualquier persona. Egly prefiere resumir ese sentimiento en una palabra: azoro.
Teatro del Azoro quiere seguir estremeciendo al público. Para la obra que están montando, han hablado con un agente de la PNC quien les explico lo que pasa en las delegaciones policiales, el lenguaje que los policías utilizan y algunas de las atrocidades que él ha visto en su labor. Ellas comentan que con este trabajo quieren entender desde su óptica de dónde viene la violencia, cómo está constituida la mente de un salvadoreño. Egly dice que no creen que solamente la pobreza sea el factor que cause violencia en El Salvador. Habrá que estar pendiente de lo nuevo del Azoro para ver que sorpresas tiene.