El pintor cubano Gustavo Pérez Monzón regresó a galerías de La Habana tras un cuarto de siglo fuera de Cuba y de la creación, gracias a la nueva época que vive la isla y a una mecenas cubana-estadounidense, según dijo este jueves a la AFP.
«Para mí significa mucho, realmente veo que el gran valor de aquí es no solamente haberme decidido hacer una exposición, sino haber conectado a todas las partes de una manera tan interesante», señaló el artista, uno de los expositores en la Bienal de La Habana, que comienza este viernes.
Representante de la llamada «generación de los 80», que significó un parte aguas conceptual en la creación artística cubana, Pérez Monzón se fue Cuba en 1990 detrás de un amor y desde entonces se dedicó a la docencia en México, sin tomar los pinceles.
«Veo que el panorama artístico (cubano) es muy cambiante y con intereses muy diversos. Ahorita hay como un retomar lo que en otro tiempo fue importante (…), una especie de confrontación de alguna gente que ha desarrollado una obra fuera y regresa, se confronta con las nuevas visiones, de lo que está sucediendo aquí», dijo el artista, de 59 años.
«Tramas», una especie de antología artística de 76 obras de Pérez Monzón, será expuesta desde el viernes en el Museo Nacional de Bellas Artes como parte de la Bienal, que por primera vez tiene una nutrida presencia de artistas cubanos emigrados.
Ese museo conserva cinco obras de Pérez Monzón, dos de ellas en exposición constante, pero el resto de su creación se dispersó entre amigos, familiares y coleccionistas.
«Estoy muy contento de volver a Cuba (a exponer), estoy muy contento de volver a Bellas Artes», dijo emocionado el pintor abstracto, parco en palabras.
Ella Fontanals-Cisneros, una adinerada emigrada cubana que reside en Estados Unidos y encabeza una fundación artística, descubrió a este pintor hace tres años, cuando vio por primera vez uno de sus dibujos, y se propuso reagrupar su obra dispersa.
«Fue una tarea difícil hallarla, pues me decían que él había dejado de trabajar desde los 90 y que vivía fuera» de Cuba, explicó la coleccionista y experta en arte latinoamericano, logrando algo que el artista denomina «el milagro».
«Gustavo dejará, sin duda, una huella en quienes asistan a esta muestra. Los jóvenes artistas, que tanto han oído hablar sobre él, tendrán la oportunidad de conocerlo a través de su trabajo», indicó la coleccionista.