El Salvador
viernes 10 de enero de 2025

Parte del «Tesoro de Múnich» podría ser devuelto al octogenario hijo del coleccionista

por Redacción

Un gran número de las 1.400 obras, muchas de ellas expoliadas a judíos por los nazis, podrían ser devueltas al octogenario dueño del apartamento en donde fueron descubiertas en Múnich, afirma el semanario Focus.

De acuerdo con una auditoría de la Oficina Central de la Aduana alemana, entre los dibujos, acuarelas, litografías y pinturas figuran 315 obras confiscadas por el régimen nazi en museos, ya que no cumplían con los criterios estéticos defendidos por los nazis, que los consideraba «arte degenerado».

Para estos dibujos de «museos nacionales, municipales o regionales», los derechos de los dueños originales o de sus herederos «no pueden aplicarse», estima el informe citado por Focus, que reveló este caso.

Sin embargo, para 194 obras halladas en el apartamento del octogenario, documentos incautados durante los registros podrían demostrar que se trata de obras vendidas por coleccionistas judíos bajo presión de los nazis.

Para estas piezas, cuyos dueños originales pueden ser identificados, las posibilidades de que sean devueltas a estos últimos son grandes, añade Focus.

El informe de la aduana señala también que «hay dudas» sobre el hecho de que el octogenario envuelto en el caso, Cornelius Gurlitt, sea llevado ante los tribunales.

La justicia alemana abrió una investigación por evasión de impuestos y ocultación contra Gurlitt, hijo de un coleccionista alemán, Hildebrand Gurlitt, que ayudó a los nazis a vender pinturas en el extranjero.

Presente durante el registro de su apartamento en Múnich en febrero de 2012, Gurlitt fue interrogado por la policía y luego puesto en libertad sin control judicial.

En septiembre de 2010, Cornelius Gurlitt fue controlado por los aduaneros alemanes en un tren que hacía el trayecto de Suiza a Alemania, con una importante suma de dinero en efectivo en un sobre.

Aunque el transporte de dicha suma –9.000 euros, según Focus– era legal, los investigadores decidieron seguir su intuición, hasta obtener algunos meses después la autorización para registrar su apartamento.

Fue allí donde las autoridades hallaron, amontonadas junto a basura y latas de conserva, 1.406 obras de artistas como Pablo Picasso, Henri Matisse o Marc Chagall, muchas de ellos expoliadas a judíos.

Cornelius Gurlitt vivía desde hacía décadas sin tener una existencia legalmente registrada en Alemania, y sin trabajo.

Se ganaba la vida gracias a la venta ocasional de las obras reunidas en su apartamento a propietarios de galerías de arte poco escrupulosos en materia del origen.