«Otto y Momo» es la historia de un niño con su mascota, una perrita llamada Momo. A ellos se le suman otros infantes y canes que reflexionan sobre el amor, la felicidad, el comportamiento humano o los avances tecnológicos desde una perspectiva siempre infantil.
Pese a que el país cuenta con hitos en cómic o dibujos de caricaturas como Toño Salazar, es notable que esta sea la primera historia seriada en ámbito. La presentación del libro, bajo el sello Índole editores, será el próximo 23 de noviembre en el Centro Cultural de España.
Otto Meza es el autor de este cómic. Este salvadoreño nació en 1972 . Llegó hasta quinto año de medicina en la Universidad de El Salvador y luego estudió diseño gráfico en la Universidad Don Bosco y un diplomado en infografía y gráficos interactivos. Ha trabajado para distintos medios de prensa local como diseñador gráfico, animador web, caricaturista e infografista. Hoy conversó con Diario1 sobre este nuevo proyecto.
¿De dónde nace Otto y Momo?
Nacieron el año pasado. Yo había creado un personaje llamado El Diputado Ticuiza, con la intención de buscar la posibilidad de sacar una tira o viñeta en el periódico donde trabajo, era humor político. Pero además sentía la necesidad de purgar algunos fantasmas que estaba viviendo y mi única forma de hacerlo es por medio del dibujo o la poesía; en este caso la inspiración vino más por el lado gráfico y así lancé en Facebook la primer viñeta en agosto del año pasado. La segunda llegó hasta noviembre y así.
“Otto y Momo” están alejados de la política, son dos cómplices de la vida. Otto se ilusiona y sueña despierto, y Momo es casi su maestra, su conciencia. En esa amalgama se van enfrentando a la vida cotidiana.
La respuesta de ese primer cómic ha sido buena, para ser dos personajes desconocidos. Ya cuenta con unos 1512 “like” y unos 16 veces compartidas. Creo que lo importante fueron más bien los comentarios que me indicaban que eran bien recibida, quizá por la frescura o sinceridad del mensaje.
¿Cuál es precisamente el mensaje o los mensajes del cómic?
No sé si hay un mensaje específico o cerrado. Más bien pasa por la necesidad de no dejar de ser niño o no dejar de maravillarme por la vida que llevo, sin importar si las experiencias son positivas o negativas en sí y volver a escuchar al impulso infantil de vivir. Los niños son los mejores maestros que he tenido. Cada quien las aborda según su marco de referencia; el libro en general es un tema o una visión diversa en cada página: un cúmulo de experiencias en cada página.
¿Por qué esperar tanto por ver el primer cómic seriado en el país?
Es que no existe una apuesta por el cómic. Cultura hay, talento hay, pero pocos le apuestan al cómic como tal. Basta pensar que tenés al Salón Nacional del Dibujo y nunca verás ahí una caricatura, un dibujo estilo cómic. Pero si buscás en redes sociales verás una buena cantidad de joven talento salvadoreño con propuestas de dibujo muy buenas, en individual o colectivo.
La preferencia por las redes sociales tiene dos causas: una, porque es una buena ventana y la otra es que a los medios les sale más barato comprar tiras o viñetas ya enlatadas que apostarle a humoristas gráficos locales.
¿Cuál es la vigencia del cómic como discurso con capacidad de subvertir o poner en duda otros discursos, ahora que hablabas de humor político?
Depende mucho del autor y de la forma como se toca el tema. Hay eventos como muy específicos que perderán vigencia pronto. Por ejemplo los supuestos «ladrones» que entraron a pro búsqueda, es un tema que en unos meses muy pocos recordarán por la visión cortoplacista que tenemos. Pero dentro de ese evento está uno más amplio que es la impunidad. Entonces si el humorista toca el tema de impunidad esa existirá siempre. Ese es un ejemplo de la vigencia.
En la caricatura política te movés según la noticia de a diario, pero en ocasiones no querés arriesgarte y tratás el tema a nivel macro. En lo personal, no te puedo decir que me funciona mejor o peor, hay caricaturas que de alguna manera tienen vida propia y te exigen ser hechas desde una perspectiva en particular.
¿En qué otros proyectos te encuentras trabajando actualmente?
Aparte de mi labor más cotidiana, en este momento me concentro en desarrollar “Otto y Momo”, incluso ver la posibilidad de llevarlos a la animación digital. Quiero retomar al “Diputado Ticuiza” que lo he dejado un poco de lado porque la gente pedía más a “Otto y Momo”. Luego, hay un par de trabajos por ahí que no quisiera revelar por el momento.