Nana Dix, nieta del pintor alemán Otto Dix, cuyas obras fueron encontradas en el «tesoro nazi» de un octogenario en Múnich, considera «escandalosa» la actitud de Alemania en el caso de las expoliaciones de obras de arte del Tercer Reich.
«Alemania, en general, jamás se ocupó del problema de las obras de arte confiscadas por los nazis. Hubiera debido hacerlo mucho antes, en la posguerra», opinó Nana Dix en una entrevista otorgada a la AFP.
«Eso no sucedió y ahora estalla, es un escándalo gigantesco», agregó esta artista radicada en Múnich, cuyo abuelo fue perseguido por los nazis, quienes consideraban que sus obras eran «degeneradas».
Este expresionista se inspiró en sus atroces recuerdos de la Primera Guerra Mundial, una experiencia que calificó de «bestial» y «repugnante», algo que evidentemente no se ajustaba a la ideología del Tercer Reich.
Según Nana Dix, las autoridades deberían publicar las fotos de todas las obras encontradas en la vivienda de Cornelius Gurlitt, el hijo de un gran marchante de arte considerado como judío por los nazis, quienes sin embargo le encargaron vender en el extranjero las obras «degeneradas» sacadas de los museos o las que fueron robadas a judíos.
«Las familias de los herederos podrían verlas. Y eso facilitaría quizás el trabajo de investigación. Porque se trata de un verdadero rompecabezas», afirmó, considerando que la justicia tardó demasiado tiempo en informar al público.
De los 1.406 cuadros, dibujos y grabados descubiertos en el apartamento de Cornelius Gurlitt, algunos de los cuales aparentemente habían sido confiscados por los nazis, las autoridades alemanas ya presentaron un óleo, dos acuarelas y un dibujo firmados Otto Dix.
«Yo conocía una obra, ‘Anciana con sombrero’. Yo ignoraba la existencia de las otras tres, un autorretrato, y las dos acuarelas: ‘Dama en un palco’ y ‘La domadora'», declaró Nana Dix, que tenía siete años cuando murió su abuelo, en julio de 1969.
«Me alegró enterarme de que fueron descubiertas. Es natural sentir satisfacción, saber que (estas obras de arte) no fueron destruidas o quemadas», dijo, menos de tres semanas después de que la prensa reveló la existencia de esta colección, descubierta por las autoridades alemanas en febrero de 2012, que la mantuvieron secreta.
«Por otra parte, tuve una sensación muy extraña. Saber que durante años estas obras estuvieron escondidas en la casa de Cornelius Gurlitt, que vivía mintiendo. Este hombre no debe haber tenido una vida muy feliz», agregó.
Este descubrimiento fue para Nana Dix más extraño todavía porque vive a menos de 1 km del edificio donde residía Gurlitt con las obras de su abuelo. «Pensar a menudo pasé delante con mis hijos es turbador», dijo.
Nana Dix se acuerda bien de su abuelo. «Nosotros teníamos derecho a ir a su taller, pintar y hacer bricolaje. Además, él jugaba con nosotros», explicó.
«Naturalmente, era un hombre gruñón y cascarrabias, pero con nosotros, los niños, siempre era muy amable», afirmó.
Sin embargo, lamenta no haber sido mayor cuando Otto Dix falleció. «Me hubiera gustado hablar con él de la época de Tercer Reich. Era un hombre quebrado», sostuvo.
«Fueron mis padres los que me dijeron que le prohibieron pintar y que había sido expulsado de la Universidad de Dresde en 1933», añadió.
Otto Dix fue el primer pintor alemán cuyas obras fueron descolgadas de los museos por los nazis. Cuando después lo amenazaron con encarcelarlo y deportarlo, escapó hacia el sur de Alemania. Sin embargo, participó obligado en el fin de la Segunda Guerra Mundial, y cayó prisionero de los franceses en Alsacia.