Marisol Schulz da impresiones sobre su primera edición al frente de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), la más importante en español, en la que irrumpen blogueros y la «twitteratura», y que espera que no esté marcada por el papel de Israel como invitado especial.
La feria, que prevé recibir a más de 700.000 visitantes entre el 30 de noviembre y el 8 de diciembre y es el principal punto de encuentro de la industria editorial hispana, abrirá un espacio a nuevas formas de hacer literatura a través de Twitter, de los blogs y otras plataformas tecnológicas.
«Hay gente que hace ‘twitteratura’ a través de los blogs» en una manera de difundir su obra y «nos sorprende la cantidad de seguidores que tiene» esta nueva forma de comunicar, dijo la directora de la FIL en una entrevista con la AFP desarrollada en una céntrica cafetería de la Ciudad de México.
La feria, de la que están participando cerca de 2.000 sellos editoriales, cuenta por primera vez con un pabellón interactivo especialmente destinado a la oferta del libro electrónico de al menos 20 editoriales.
Entre las grandes figuras que asistirán a la 27 edición de la FIL están el premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa y el escritor israelí David Grossman, que abrirán el salón literario.
Feria de ideas, «no política»
Sobre la elección de Israel como invitado de honor, en los últimos días un grupo de intelectuales de izquierda, incluido el poeta argentino radicado en México Juan Gelman, reclamaron en una carta pública que la FIL reconozca la existencia también del estado de Palestina y organice debates plurales sobre este conflicto. También pidieron que se invite en próximas ediciones a Palestina como invitado de honor.
Al respecto, Schulz subrayó que la feria tiene un programa abierto a todas la voces y a los diferentes puntos de vista.
«Ahí se discuten ideas, no es una feria política», enfatiza esta editora, que apuntó que la propuesta de los intelectuales llegó cuando el programa de actividades de este año ya estaba cerrado.
La edición del año pasado de la feria se vio empañada por las críticas a la concesión de su principal premio literario al escritor peruano Alfredo Bryce Echenique, acusado de plagio en su país y que no viajó a recibir el galardón.
«No creo que por lo que pasó el año pasado se pueda juzgar todo lo hecho en 27 años, se me haría muy injusto», recalca Schulz, quien tomó las riendas de la FIL el pasado abril proveniente de la feria del libro en español de Los Ángeles, que dirigía desde 2011.
La FIL, que fue inaugurada por el presidente de Israel y premio Nobel de la Paz Shimon Peres, es un punto de encuentro fundamental para las editoriales de habla hispana en el que se generan negocios cercanos a los 300 millones de dólares.
Las editoriales españolas, las más fuertes de la industria en castellano, utilizan esta plataforma para afianzar su alianza estratégica con Latinoamérica, donde hay un extenso y atractivo mercado especialmente entre la población juvenil e infantil .
Ante la crisis económica que en los últimos años ha afectado a España «las ventas en toda Hispanoamericana les ha hecho poder subsistir», indicó la directora de la FIL, quien señaló que las casas editoriales también han empezado a poner el ojo en la población hispana en Estados Unidos, donde hay «un mercado creciente».