Tras la declaración de Independencia del 15 de septiembre de 1821, la mayoría de las provincias de Centroamérica decidieron en una consulta —el 2 de enero de 1822— declarar su anexión al Imperio mexicano de Agustín de Iturbide. San Salvador, en cambio, prefirió su independencia absoluta.
El 11 de enero de 1822, San Salvador abolió la esclavitud, el tributo que se pagaba a los reyes de España y se declaró libre e independiente de España, de México y de cualquier otra potencia. Esta decisión le costó a la incipiente república sufrir una invasión, según la Dirección General de Patrimonio Cultural y Natural.
El 29 de mayo de 1822, el emperador mexicano Agustín I ordenó al brigadier Vicente Filísola invadir San Salvador y que “tratara a los patriotas” sansalvadoreños como perturbadores del orden, a quienes tenía que castigar con severidad. Filísola le envió una nota al general Manuel José Arce en la que le invitaba, por última vez, a que se incorporara al Imperio mexicano. Arce le advirtió que no aceptaba la invitación y que seguirían resistiendo por medio de las armas.
Entre 1822 y 1823, se registraron diversos combates entre los sansalvadoreños y las tropas enviadas desde Guatemala y México. El 3 de junio (1822), San Salvador derrotó a las tropas enviadas de Guatemala para sofocar la rebelión. El 26 de octubre (1822), Filísola empezó a movilizar tropas hacia San Salvador. El 12 de noviembre, el Congreso de San Salvador declaró la anexión condicional a México, propuesta que fue rechazada por el imperio, por lo que San Salvador tomó la decisión de resistir militarmente. Filísola sitió San Salvador y, a pesar de la heroica resistencia, la ciudad se rindió.
Sin embargo, el fracaso del Imperio mexicano en marzo de 1823, puso fin al asedio que sufrió la provincia de San Salvador y condujo a que se convocara a la Asamblea Nacional Constituyente, la cual, el 1 de julio de 1823, declaró la independencia absoluta de las Provincias Unidas del Centro de América. José Matías Delgado fue nombrado primer presidente de la Asamblea Nacional Constituyente.
La efeméride de 1822 es, por lo tanto, una fecha que debe ser puesta de relieve con la solemnidad que merece, debido a que fue proclamada la primera República en la América Central. Es incuestionable que San Salvador fue la cuna del republicanismo moderno centroamericano, que debe ser objeto de conmemoración.
La Dirección General de Patrimonio Cultural y Natural tomó esta información del libro «El nombre oficial de la República de El Salvador» y del artículo «Independencia y República» del historiador Adolfo Bonilla publicado en el libro «El Slavador: Historia mínima».