El periodista y escritor español J.J. Benítez vuelve a la carga con «Caballo de Troya 12. Belén», libro con el que cierra esa saga en la que presenta a un Jesucristo «muy próximo» que «nada (tiene) que ver con la religión» y asegura que los evangelios fueron manipulados.
Así lo expresa Benítez, de 76 años, en una entrevista con EFE en Bogotá donde señala que con este libro editado por Planeta cierra los «Caballos de Troya», una saga de 12 novelas en las que cuenta «toda la vida de Jesús de Nazaret, desde su infancia hasta su muerte», un total de 7.044 páginas sin posibilidad de que haya más.
De palabra fácil, el escritor nacido en Pamplona (España) no se anda con rodeos y asegura que todo lo plasmado en este libro y en otros de la serie no es producto de la invención sino de sus investigaciones y de todo el material que le llegó a sus manos.
«Esa información me llega a mí a través de un exoficial de las Fuerzas Aéreas norteamericanas en diferentes momentos y por eso digo que yo no soy el autor del Caballo de Troya», asegura acentuando cada palabra.
Para Benítez, que publicó el primer libro de la saga en 1984, lo que ha recibido de diferentes fuentes le parece «una información extraordinariamente bella, lógica y que probablemente la vida de Jesús pudo ser así, no como nos la han contado».
Contar la verdad
Benítez, que hizo sus primeras letras en los colegios de los Hermanos Maristas, considera que los Evangelios Canónicos -Mateo, Marcos, Lucas y Juan- «son un desastre, están mal contados, mutilados, manipulados».
En esa dirección considera que lo lógico es que alguien hubiese contado la verdad de la vida de Jesús y su entorno, y que habría tenido que decir que María se casó con José «como pasaba en toda la sociedad judía y lógicamente tienen hijos».
Contrario a lo que se podría suponer, los comentarios de jerarcas de la Iglesia católica no le han afectado. Recuerda que a partir de la publicación del primer Caballo de Troya, en la Semana Santa de 1984, recibió «muchas críticas muy duras, me crucificaron».
Incluso asegura que en una iglesia de Monterrey (México) «el señor obispo pidió que quemaran el libro. Afortunadamente los feligreses eran más inteligentes que el obispo y no lo quemaron».
Sorprende también la descripción física que se hace en el libro de Jesús, a quien dibuja como un atleta de 1,81 metros de estatura, muy por encima del promedio de la gente de su época; sin una gota de grasa en el cuerpo, manos y dedos finos.
Esos y otros detalles los plasma Benítez en una historia nacida de un viaje en el tiempo al siglo I, realizado por dos militares estadounidenses para averiguar qué hizo Jesús en sus últimos cuatro años de vida.
Mensaje de esperanza
Al exponer su punto de vista, ya no como autor o investigador ni tampoco como periodista, señala que para él lo más importante del libro es que le deja un sentimiento de «esperanza».
«Cuando uno lee los Caballos de Troya, la esperanza te moja de arriba abajo, de arriba abajo quieras o no quieras. Seas creyente o no. Seas ateo o no», apostilla.
A renglón seguido dice: «Cuando leo la información que da lugar a los Caballos me encuentro con que hay una esperanza, que fue el verdadero mensaje del Maestro».
Mirando este y otros libros, Juan José Benítez López, que es su nombre completo, dice que se da por bien pagado con que la gente lo lea.
«Poder transmitir información o poder transmitir investigaciones o lo que sea, significa muchísimo ¿por qué? Porque lo poco que yo haya podido encontrar, o lo mucho, estoy compartiéndolo, que es mi trabajo como periodista, que es lo que soy, yo escribo reportajes de 500 páginas», puntualiza.
Al calor del lanzamiento de su última obra de esta saga, Benítez concluye que, con todo lo que ha escrito ha «tenido la fortuna de encontrar la luz». Ha publicado 70 libros y otros 30 están a la espera de salir al público.