El Salvador
jueves 28 de noviembre de 2024
Arte y Cultura

Identifican hallazgos arqueológicos en Acajutla

por Redacción


Solo en el viejo muelle se han identificado técnicas constructivas, métodos arquitectónicos, materiales de construcción y dimensiones del antiguo muelle, también se ha recuperado algunos bienes muebles.

El Puerto Viejo de Acajutla es un tesoro con arqueología marítima bajo sus aguas y por esa razón se lleva a cabo el «Proyecto de Investigación y Difusión del Patrimonio Arqueológico Marítimo de El Salvador». El pasado 4 de febrero, el secretario de cultura realizó un recorrido en la zona para conocer de los hallazgos descubiertos.

“El país tiene muchos lugares que deben ser investigados para ponerlos al servicio educativo, debemos aprovechar todos estos vestigios arqueológicos para investigarlos, y que ese producto sea difundido en las escuelas, mi sueño es que puedan venir cientos de estudiantes para que aprendan de que se trataba esto”, expresó el funcionario.

El proyecto se encuentra en ejecución desde enero de 2015, e inició en el antiguo muelle de Acajutla, donde se han identificado: técnicas constructivas, métodos arquitectónicos, materiales de construcción y dimensiones del antiguo muelle; y además se ha recuperado algunos bienes muebles.

Para el director del Museo Nacional de Antropología “Davis J. Guzmán” (MUNA), José Erquicia, se trata de un proyecto insigne a fin de visualizar la investigación que se produce en el museo.

Fases del proyecto

cultura

Puerto de Acajutla, autoridades de Cultura en la investigación arqueológica marina / fotografía D1 cortesía Secultura.

La primera fase del proyecto es la de investigación arqueológica y registro que  inició el pasado 12 en enero en los restos del antiguo muelle de Acajutla. En el lugar se hizo una exploración subacuática, y luego se hizo una excavación terrestre limitada a la antigua aduana del siglo XIX.

Ambos puntos de investigación se encuentran dentro de un mismo contexto. El sitio de estudio funcionó como puerto activo entre 1805 y 1900.

Para el director del proyecto de investigación, Roberto Gallardo, se eligió el Puerto de Acajutla, debido a que nueve de los 10 barcos hundidos en el país, visitaron dicho puerto y pueden ser relacionados con las investigaciones actuales, de ahí que su riqueza arqueológica es relevante.

“Es importante el estudio del patrimonio marítimo para determinar la relación del ser humano y el mar, de cómo influyó el mar en el desarrollo de los territorios y las sociedades”, expresó Gallardo.

El proyecto también incluye, la delimitación del área de protección para los sitios subacuáticos SS Cheribon y SS Columbus. Estos sitios arqueológicos son dos pecios que se encuentran dentro del Área Natural Protegida de Los Cóbanos

La segunda fase consiste en difusión, es decir, visitar y hablar con comunidades del Puerto de La Libertad, Puerto de Acajutla y Jiquilisco, que son tres de los lugares con mayor presencia de sitios arqueológicos marítimos. Estas actividades se realizan con el objetivo de dar a conocer la importancia cultural de los sitios, valorizarlos e identificar el potencial turístico de tal forma que sean apropiados por las comunidades locales y sean protegidos. En esta fase también se contempla una publicación científica para dar a conocer el Patrimonio Subacuático (especialmente marítimo) registrado hasta la fecha en El Salvador, su importancia y la necesidad de protegerlo.

El proyecto es desarrollado por el MUNA a través de la unidad de investigaciones y cuenta con el apoyo de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, (UNESCO), la Academia Salvadoreña de la Historia, del Instituto de Ciencias del Mar y el Instituto Nacional de Limnología de la Universidad de El Salvador, El Salvador Divers, y otras instituciones y personalidades quienes colaboraron con el levantamiento topográfico; así como de la Comisión Ejecutiva Porturaria Autónoma (CEPA). El trabajo de campo, por su parte, ha sido desarrollado con el apoyo de cuatro trabajadores de Acajutla, un dibujante, y dos arqueólogos investigadores del MUNA: Roberto Gallardo y Claudia Alfaro Moisa.