El hermano menor del Nobel de Literatura Gabriel García Márquez murió en Colombia, postrado por el Alzheimer, esperando una pensión que nunca llegó, como uno de los personajes de la obra del laureado escritor.
«Nunca recibió su pensión, esperó mas de 10 años que le fuera concedida esa pensión, se habían hecho todos los trámites», dijo este martes a la AFP Lilia Travecero, viuda de Gustavo Adolfo García Márquez, de 77 años y hermano menor del novelista.
En una modesta funeraria de Bogotá, ubicada en la ruidosa Avenida Caracas, la familia nuclear y algunos amigos acompañaban al cuerpo del menor de los García Márquez, fallecido el domingo. El entierro está previsto para el miércoles.
Su viuda cuenta que su marido ejerció como cónsul en Venezuela, pero que nunca le fue concedida una pensión, en parte por problemas burocráticos con las empresas privadas en las que trabajó antes de ingresar al servicio público, que no remitieron la información al sistema de jubilación.
En las novelas de Gabriel García Márquez muchos personajes sufren la soledad mental del olvido.
El libro «El coronel no tiene quien le escriba», describe la pobreza y larga espera de un excombatiente de una guerra civil a finales del siglo XIX, que peregrina cada semana a la oficina de correos, con la expectativa de recibir una carta del gobierno con la entrega de una pensión prometida.
«No hemos recibido noticias de la Cancillería», explicó Travecero, cuyo marido se enfermó mientras estaba destinado en Venezuela y tuvo que regresar a Colombia por la incapacidad motora que lo aquejó en 2001.
Cuando supo de la enfermedad de su hermano, el escritor lo llevó a un centro especializado en Cuba, de donde regresó poco tiempo después. A raíz de su situación, ambos hermanos no se volvieron a ver desde 2003.
«Fue una enfermedad fulminante, imagínese que él era 10 años menor que ‘Gabito’ (como le dicen al escritor), que ya tiene 87», afirmó la viuda del cónsul a la AFP.
Travecero no sabe si el escritor sabe de la muerte de su hermano, pero no cree que éste pueda viajar a Colombia desde México a despedirse por motivos de salud.
El Nobel de Literatura 1982, que en los últimos años ha limitado sus apariciones públicas por problemas de salud, celebró el pasado jueves su aniversario 87 en su casa en México, donde recibió flores, pasteles y tarareó junto a periodistas una canción típica de cumpleaños.