«No soy un marica disfrazado de poeta», decía de sí mismo el desenfrenado escritor y artista plástico Pedro Lemebel, el mayor referente de la literatura homosexual chilena que murió este viernes a los 62 años producto de un cáncer.
El escritor, ganador en 2013 del premio iberoamericano de letras José Donoso, luchaba desde hace tres años contra un cáncer que sufría y que lo había deteriorado hasta quitarle la vida durante esta madrugada en una clínica oncológica de Santiago, rodeado de sus amigos y familiares.
«Pedro estuvo aquejado largo tiempo por un cáncer a la laringe que pretendió dejarlo sin voz. Pero ¿quién podría dejar sin voz a Lemebel? Su voz existe y persiste», indicó un comunicado de la familia.
Lemebel, reconocido como el referente de la literatura homosexual, un subgénero que alude a las obras que reflejan literariamente el modo de vida de los gays, apareció por última vez en público el 7 de enero, sentado en una silla de ruedas y muy disminuido físicamente.
«La enfermedad en este país se paga muy cara. Pero también sin drama, con un poco de ironía le tuerzo la mano y sigo caminando», manifestó.
Gracias a su provocativo estilo, plasmó en sus textos con una insolente pluma su lucha contra la homofobia, incluidas algunas de sus propias experiencias de discriminación. Pero también incorporó elementos de la pobreza que lo vio nacer en 1952 en un barrio marginal de Santiago.
«Fui escritor, artista visual, drogadicto, traficante, he hecho de todo, pa’puta no me dio, por el cuerpo, pero mi oficio es el de escribir», aseveró el irreverente Lemebel.
Sus publicaciones trascendieron fronteras y fue reconocido como uno de los más importantes representantes de la crónica en Chile, pero también se dio a conocer como militante del Partido Comunista y duro detractor de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
«Tuve la oportunidad de despedirme de él hace unos días. Pedro Lemebel estuvo siempre en la resistencia, fue consecuente hasta el último día y su legado cultural enriquece el país que somos», declaró la presidenta Michelle Bachelet.
Adiós mariquita linda
Vestido con un pañuelo en la cabeza y tacos durante sus últimos años, el escritor vivió abiertamente su condición sexual, convirtiéndose en un ícono de la lucha por la igualdad de género en Chile, un país conservador y con una gran influencia de la iglesia católica.
«Pedro no ha pasado a la historia por ser gay. Ha pasado a la historia, por todo lo que su escritura es y seguirá representando: una denuncia de las injusticias, un rechazo al clasismo y a la homofobia salvaje», indicó una nota del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh).
En 1986, presentó por primera vez en una concentración política en plena dictadura, su manifiesto ‘Hablo por mi diferencia’, en el cual declara abiertamente su condición gay, y que se ha convertido en un documento de referencia de la comunidad homosexual chilena.
Un año después, transgredió la escena cultural con una performance junto al escritor Francisco Casas denominado «Las Yeguas del Apocalipsis», con el que saboteaban presentaciones artísticas con atrevidas presentaciones, incluso algunas de ellas con explícitos desnudos.
Su entrañable amigo, el desaparecido escritor chileno Roberto Bolaños, le ayudó a internacionalizar sus obras como «Loco afán: crónicas de sidario» (1999), «Tengo miedo torero» (2001), su novela más famosa, y «Adiós mariquita linda» (2004).
Sus libros han sido traducidos al inglés, francés e italiano, también dictó conferencias en las universidades de Harvard y Stanford.