El Salvador
domingo 22 de diciembre de 2024

Estela maya sagrada regresa a Guatemala tras pasar dos años en Nueva York

por Redacción


Pasó dos años exhibida en museos de Estados Unidos.

Una estela de piedra caliza creada por un artista maya en el año 702 regresó este sábado al Museo Nacional de Arqueología y Etnografía de Guatemala, tras pasar 2 años y 11 meses exhibida en diversos centros culturales de Estados Unidos.

La Wak Chanil Ajau, que significa ‘Señora Seis Cielo’, volvió a su recinto en Guatemala, donde había permanecido desde su descubrimiento en 1976, antes de ser cedida en 2021 a diversos museos de Estados Unidos, entre ellos el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, según informó el ministerio de Cultura y Deportes.

La estela, considerada sagrada e imagen de una princesa maya originaria del periodo clásico tardío (600-800 d.c), volvió a Guatemala con una ceremonia auspiciada por sacerdotes mayas y con una renovación de su espacio dentro del Museo de Arqueología y Etnografía, según la misma fuente.

«La llegada y la integración de la Señora Seis Cielo no solo fortalece la oferta cultural del país, sino también el vínculo entre las generaciones actuales y las civilizaciones antiguas que poblaron estas tierras», explica el Ministerio de Cultura.

La estela es una relieve de piedra, con una profundidad poco densa, una altura de casi dos metros y más de dos toneladas de peso, fue descubierta por arqueólogos guatemaltecos en 1976 en el sitio arqueológico de El Naranjo, ubicado en el departamento (provincia) de Petén, en el extremo norte del país centroamericano.

La «señora seis cielo» era una especie de deidad a la que se le pedía por las campañas militares contra pueblos vecinos y el atuendo con el que fue esculpida en la piedra tiene detalles de adornos sagrados y plumaje del quetzal, un pájaro nativo asociado a la cosmología maya y adoptada como ave nacional de Guatemala.

De acuerdo con los estudios relacionados a la figura, esta piedra gigante estaba ubicada en una plaza ceremonial maya, que servía como monumento público para documentar las historias políticas y acompañar las celebraciones rituales de la civilización.