Como muchos venezolanos, el escritor Eduardo Sánchez Rugeles, residente en Madrid hace seis años, buscó un «destierro voluntario» para escapar de una «cotidianidad agresiva», confiesa en una entrevista con la AFP en Caracas, donde recibirá el sábado un premio por su novela «Liubliana».
«Los venezolanos que nos vamos no vivimos en una condición de exilio político si la comparamos con experiencias de otros países. Me gusta hablar más de destierro voluntario», explica Sánchez Rugeles desde su casa la capital venezolana.
Nacido en 1977 en Caracas de una familia clase media, Sánchez Rugeles decidió en 2007 irse a Madrid. El motivo inicial fue estudiar una maestría, pero a seis años de distancia, ya con doble nacionalidad -pues su esposa es una venezolana descendiente de españoles- el regreso a su tierra se le antoja lejano.
«Liubliana», la cuarta obra de este joven escritor que empezó a publicar ya radicado en Madrid -uno de los escenarios de esta novela, junto a Caracas y la capital eslovaca que da título al libro-, resultó ganadora del Premio de la Crítica a la Novela 2012 de Venezuela, galardón que recibirá este fin de semana.
Al igual que su autor, Gabriel, el protagonista de la historia, es un venezolano que se va a Madrid cansado de la polarización política y la inseguridad que marcan la vida de Venezuela, y de Caracas en particular.
«Es sentirse incómodo dentro de tu lugar, dentro de tu ciudad, no reconocerte, sentirte hastiado de esa cotidianidad caraqueña venezolana que se hizo tan agresiva, tan problemática, tan conflictiva. Fue ese no reconocerse lo que me llevó a salir a otra parte, simplemente para tener una vida más tranquila», agrega el escritor.
Sánchez Rugeles se define sin tendencia política, y asegura que el presidente Hugo Chávez, fallecido en marzo tras 14 años en el poder, fue otra de las motivaciones para su «destierro voluntario». «Quería ver la vida sin esa omnipresencia del asunto político, del ‘Chávez hizo’, ‘Chávez dijo'», añade.
«La primera vez que voté, voté contra Chávez», dice sin tapujos el escritor, que reconoce que el mandatario gozó de una legitimidad electoral como pocos dirigentes en el mundo y que, aunque el chavismo pueda lanzar fuertes críticas a escritores disidentes, éstos nunca han sido perseguidos ni censurados.
El «amor-odio» con Caracas
Sin embargo, en la narrativa de Sánchez Rugeles, también autor de «Blue Label/Etiqueta Azul», «Jezabel» y «Transilvania Unplugged», Caracas también es protagonista.
La ciudad está presente con sus chavistas y detractores, sus tragedias, como las inundaciones de 2010, sus calles de noche que asustan y las a veces desenfrenadas reuniones caseras de adolescentes en busca de puntos de referencia.
«Es una relación de amor-odio. Caracas puede ser mala, pero no tanto. Si la conoces, se deja llevar», comenta Sánchez Rugeles, quien se atrevió a escribir en «caraqueño» pese a advertencias de los editores, que no le auguraban mucho éxito con ese lenguaje.
«Liubliana» recibió en 2011 en México la distinción Letras del Bicentenario Sor Juana Inés de la Cruz, mientras que el jurado del Premio Arturo Uslar Pietri reconoció a «Blue Label/Etiqueta Azul» por plasmar la realidad de la juventud caraqueña.
Sánchez Rugeles tiene terminada una novela infantil y trabaja actualmente en un proyecto para llevar al cine «Blue Label/Etiqueta Azul», centrada en una joven que ve en el origen francés de su abuelo su «salvación» para poder emigrar a otro país.
«Cuando era adolescente, nadie buscaba si tenía un abuelo europeo, ahora sí», concluye.