La ciudad de Mons, en el sur de Bélgica, es desde el sábado la capital europea de la cultura 2015, con la ambición de dar un nuevo impulso a una región duramente castigada por la crisis económica.
Unos 300 acontecimientos culturales están programados hasta diciembre, entre ellos una importante exposición «Van Gogh», inaugurada este sábado por los reyes Felipe y Matilde, que se abre el domingo hasta el 17 de mayo. Esta retraza a través de 70 obras la estancia de dos años del pintor en Mons y en el sector de Borinage, una antigua cuenca minera y siderúrgica que bordea la ciudad.
«Es el regreso a nuestro país de un gran genio que comenzó a dibujar en nuestro país» cuando llegó como pastor, señala el comisario general de Mons-2015, Yves Vasseur. «Veremos que en esos dibujos de Van Gogh ya se expresa toda su sensibilidad, su amor por la clase obrera», explica.
Cinco museos, un centro de congresos y dos salas de espectáculos serán inaugurados en esta ciudad francófona de 100.000 habitantes estratégicamente situada en el corazón del triángulo París-Amsterdam-Londres.
Unas 100.000 personas desafiaron el intenso frío la noche del sábado y se congregaron en el centro histórico para asistir a una «Fiesta abierta» en presencia de los reyes, clausurada con un espectáculo pirotécnico.
La policía dispuso un imponente dispositivo de seguridad, compuesto por más de 500 agentes belgas y franceses, tras la alerta terrorista motivada por la redada antiyihadista de la semana pasada.
Cultura, turismo y tecnologías
Una veintena de espectáculos callejeros, «instalaciones luminosas» y un gran baile en la Gran Plaza renovada recientemente prometen un ambiente festivo. «Espero muchas personas y festividades. Sólo veo buen humor para Mons-2015. Después de todo lo que sucedió, lo necesitamos», se entusiasma una estudiante, Romina Laurent.
Mons, ciudad universitaria que se convirtió además en un centro administrativo y de servicios, tiene un patrimonio arquitectónico excepcional reconocido por la UNESCO.
A principios de la década del 2000, Mons apostó por la cultura, el turismo y las nuevas tecnologías para «revivificarse social y económicamente», subraya Yves Vasseur. Los gigantes estadounidenses Google, Microsoft o IBM se implantaron los últimos años, favoreciendo la aparición de numerosas pequeñas empresas innovadoras.
El sello de «capital europea de la cultura» atribuido por la Unión Europea a Mons, así como a la ciudad checa de Pilsen, tiene por objeto despertar a esta «bella durmiente», insiste Vasseur recordando la metamorfosis de la ciudad francesa de Lille en 2004 o la británica de Liverpool en 2008, designadas esos años como capitales de la cultura.
El evento no parece interesar mucho en la parte flamenca del país. Los sitios de internet de los principales diarios y la televisión flamencos no le han prestado atención este sábado.
El costo de la operación, de unos 70 millones de euros financiados principalmente con las arcas públicas, despertó cierta oposición. Pero los organizadores responden que cada euro invertido traería cinco a la economía local.
La ciudad espera generar un volumen de negocios de 400 millones de euros, anunció el primer ministro socialista Elio Di Rupo, alcalde de la ciudad.
La inquietud y la polémica se acentuó a pocos días de la inauguración luego de que una de las obras mayores del años, una «catedral de madera» del artista belga Arne Quinze, tuvo que ser desmontada de urgencia ya que una de las vigas estaba por ceder. Y como la nueva estación de trenes no estará lista antes de 2017, algunos, como Barthélémy Hincourt, un estudiante de 18 años, se muestran «más bien escépticos».