En medio de la festividad del Día de la Cruz, el Ballet Folklórico ofreció un recital con musical en vivo en la Plaza de las Banderas del Centro de Gobierno, frente a cientos de personas y un pastel que simbolizaba los 39 años de existencia. Bailarines de distintas edades conforman este grupo y piensan que hay mucho que hacer para que este grupo tenga todo lo que necesitan.
Lisseth Rosales tenía 19 años cuando decidió entrar al ballet, ahora lleva 22 años bailando, más de la mitad de la edad que tiene el grupo. Cuando era niña nunca imaginó salir del país, pero a los 24 años tuvo la oportunidad de salir a representar al país en el exterior: Francia, México, España, Italia y Qatar son solo algunas naciones que Rosales ha visitado con el ballet.
Rosales insiste que el ballet ha recibido gran recibimiento a nivel internacional, pero declara que el ballet aun tiene que ser reconocido nacionalmente. “Cuando la Selección Nacional de Fútbol se va, (El gobierno) le entrega el pabellón nacional porque son embajadores de El Salvador, yo los respeto muchísimo, me encanta, yo soy aficionada; pero también nosotros desde aquí somos embajadores y jamás se nos ha entregado el pabellón como representantes en un festival internacional”, aclara Rosales.
Otra necesidad que existe al interior del ballet, comenta la bailarina, es cuando los bailarines se retiran por la edad y tienen dificultad de encontrar una plaza de trabajo, la integrante del ballet opina que el gobierno puede solucionar esto.
Foto D1/ Francisco Colocho
Roberto Navarrete, director del Ballet Folklórico, ha estado al frente de dicho grupo por 21 años; él considera que sí hay apoyo suficiente por parte del Estado. Para Navarrete los problemas son distintos, tales como: consolidar un equipo de investigación para poder llevar más expresiones autenticas de cada región del país, eliminar el desconocimiento del folklore nacional y la conformación de una facultad de artes o centro de estudios folklóricos.
Leví Rivera, otro integrante del ballet, también cree que el grupo tiene apoyo gubernamental, pero que la población es la que no lo apoya, pues ellos son los que deben acercarse a los espectáculos que ellos brindan.
Dos metas a mediano plazo es grabar una película sobre las tradiciones de oriente de la cultura lenca de los potones y cacaguira, y la gira por Barcelona para celebrar los 39 años del grupo.