Prestigiosas cadenas de restaurantes de Japón han admitido haber mentido sobre los ingredientes utilizados en algunos de sus platos, errores a veces involuntarios pero que empañan la legendaria calidad del servicio japonés.
En total, el engaño, voluntario o no, atañe unos 180.000 platos servidos entre 2004 y 2013, lo que representa un volumen de negocio de 300 millones de yenes (2,3 millones de euros).
Reconocidos establecimientos como el Ritz Carlton de Osaka y el Renaissance Sapporo Hotel (norte), se han visto envueltos en este escándalo que cada día parece amplificarse en el país nipón.
Jugos de naranja «naturales» servidos por 840 yenes (6,3 euros) en el «Café de Joël Robuchon» de Takashimaya de Nihonbashi eran en realidad jugos de botella «100% fruta». Takashimaya reconoció también que filetes de carne propuestos en varios de sus restaurantes provenían de animales alimentados artificialmente.
Los dirigentes de Takashimaya así como todos los demás que se han visto envueltos en este escándalo se prosternaron ante las cámaras para pedir disculpas.
Pero el caso es considerado grave hasta el punto que el portavoz del gobierno, Yoshihide Suga, dijo que era «extremadamente lamentable que la confianza de los clientes se pierda debido a estos errores» y pidió que la agencia de Consumo controle estrictamente la aplicación de la ley sobre el etiquetado que según él fue tomado «a la ligera».