Las tropas del régimen sirio arrebataron este jueves a los rebeldes el control de un importante enclave al sur de Damasco con la ayuda de combatientes chiitas extranjeros, informó una ONG siria.
La televisión pública confirmó la toma de Sbeine, asediada durante un año por el ejército.
La localidad constituía una retaguardia para el aprovisionamiento de los rebeldes en el sur de la capital, afirma el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH) que da cuenta de «muchas bajas en los dos bandos» en los combates que duraron varios días.
La conquista de Sbeine estuvo precedida por nueve días de bombardeos intensos, precisó el OSDH en un comunicado recibido por la oficina de la AFP en Beirut.
El ejército contó con la ayuda de miembros del poderoso Hezbolá libanés y de combatientes sirios y extranjeros, añade la ONG que cuenta con una red de activistas y de médicos en el terreno.
En Damasco, la televisión pública confirmó la información.
«Nuestro ejército retomó Sbeine y el pueblo aledaño de Ghazala en la provincia de Damasco después de haber destruido las últimas posiciones de los terroristas», anunció, utilizando la terminología oficial para designar a los rebeldes.
«Sbeine era uno de los principales bastiones rebeldes en las afueras de Damasco. Prácticamente todas las líneas de suministro de los rebeldes posicionados en el sur de Damasco han sido cortadas», recalcó el jefe del OSDH, Rami Abdel Rahman.
«El ejército estaba apoyado por combatientes del Hezbolá, la milicia paramilitar de la Fuerza de Defensa nacional y por combatientes chiitas sirios y no sirios de la Brigada Abul Fadl al Abas», agregó.
«Se teme por la vida de los civiles en Sbeine», añadió Abdel Rahman, que recalca que el ejército podría «ejecutar a civiles y acusar de ello a los rebeldes».
Un activista antirrégimen del este de Damasco afirmó que el ejército «progresa en el terreno sin ninguna duda, porque las regiones han estado asediadas demasiado tiempo. Es normal».
Abdel Rahman lo atribuye también a «las divisiones entre los rebeldes».