El Salvador
lunes 25 de noviembre de 2024

Los médicos le daban tres días de vida y ahora el soyapaneco es tercero del mundo

por Astrid Mejía


El primer medallista olímpico de El Salvador se levantaba todos los días a las 3:30 de la mañana para partir de Soyapango al Centro de San Salvador a realizar sus entrenamientos. ¡Ahora puede decir objetivo cumplido!

Todo el peso que le tocó soportar desde su infancia, al nacer con hidrocefalia y acondroplasia, un peso mayor incluso a los discos de hierro que le toca levantar todos los días en la disciplina parapowerlifting, ahora le da una recompensa al paratleta salvadoreño Herbert Aceituno, quien logró vencer todos los obstáculos y cargas sociales hasta situarse en el Olimpo, tras colgarse la primera medalla olímpica para El Salvador en los Juegos Paralímpicos de Tokio.

El viacrucis de Aceituno ha tenido más de 14 estaciones al batallar por la vida desde que nació. Los médicos le daban solo tres días, según confesó el pesista, debido al exceso de líquido en su cerebro y a la displasia ósea, y si lograba sobrevenir no iba a poder caminar ni ser independiente. Luego, al vencer los diagnósticos, vino la carga de los prejuicios sociales y situaciones de discriminación en todos los lugares por los que se movía, además del bullying en la escuela y la universidad.

Pero Aceituno siempre logró levantarse, perseverancia que lo premió en los pasados Juegos Parapanamericanos Lima 2019 donde se colgó un oro histórico para El Salvador, lo cual lo llevó a ser distinguido como el mejor atleta del continente, un galardón que recibió gracias al apoyo de los salvadoreños que creyeron y creen en él.

El próximo reto de este paratleta, que diariamente se sacrifica al viajar desde Soyapango al Centro de San Salvador, levantándose a las 3:30 de la mañana para entrenar en el INDES, era conseguir una medalla en los Juegos Paralímpicos Tokio 2020, meta que consiguió anoche haciendo que el 26 de agosto de 2021 sea una fecha histórica para el país al conseguir la presea histórica de bronce.

De tres días que le daban los médicos este paratleta llega a 34 años con un una hoja de vida envidiable, escribiendo con tinta indeleble su nombre en las páginas de historia del deporte salvadoreño.

De tres días, ahora el soyapaneco es el tercero mejor del mundo… “Mis papás nunca me escondieron, nunca ocultaron mi padecimiento de acondroplasia e hidrocefalia. A pesar de que cuando nací les dijeron que solo iba a vivir tres días, ellos rogaron al cielo y aquí estoy. Yo soy un milagro de Dios”, recordó el deportista

El momento histórico para Herbert Aceituno en Tokio. Video INDES