Con 57 años en la espalda, el uruguayo Rubén Rudecindo Alonso, una de las glorias que dejó huella en el Alianza FC, rememora su paso por el fútbol salvadoreño que le ha dejado alegrías y tristezas en los 29 años que lleva residiendo en El Salvador.
Muy sonriente dice que llegó a nuestro país sin canas y que hoy tiene el pelo algo plateado. “La vida no es fácil y hay que enfrentarla como venga, siempre trabajando de forma honrada. El trabajo dignifica a la persona sin importar que tengas que barrer las calles”, dijo.
Comenta Alonso que con el fútbol obtuvo muchas glorias en Guatemala, El Salvador y Honduras, en estos dos últimos países recuerda que fue campeón goleador, pero para desgracia de un futbolista local de la noche a la mañana se quedó sin trabajo por lo que ganarse la vida en la playa de Acajutla, Sonsonate, vendiendo jugos naturales y sándwiches de jamón y pollo.
Al calentar el sol salía a bordo de una bicicleta con dos hieleras en los costados para ganar el sustento de su familia.
En su paso por el Fuerte San Francisco, un equipo de Gotera, Morazán, que estuvo en la primera división, un lugareño le enseñó cómo hacer jugos naturales que describe como un néctar para los dioses.
“Me considero un hombre mil usos. No frunzo el ceño para trabajar y enfrentar las adversidades de la vida, ya sea desde el banquillo de técnico o atrás de un delantal asando carne y chorizos. Con el fútbol se pasa hambre y por esa razón decidí abrir un negocio de comida en Sonsonate en el 2000, con el nombre Parrillada Uruguaya”, aseguró.
Rubén Rudecindo Alonso prefiere hacer un paréntesis y pasar la página negativa en su vida y elige seguir con las glorias que ha obtenido en el fútbol.
Fue el técnico Juan Quarterone que trajo al artillero uruguayo en 1985 y al año siguiente el Alianza ya era campeón, título que por más de 20 años se le había negado al equipo albo.
“El equipo que integré quedó en la retina de los hinchas aliancistas, porque en dos años consecutivos nos llevamos el titulo de campeón y su servidor, con mucha modestia, fue nombrado campeón goleador”, dijo.
“Ese Alianza era de respeto. Imagínate que estaba King Canales, Palacios Lozano y Carlitos Reyes, entre otros. Reyes desbordaba por la derecha y era muy difícil pararlo, él tenía un juego exquisito en media cancha y se esforzaba por hacer pases y disparar a puerta. Hoy nos espera en el cielo para integrar el otro equipo blanco”..
Después de militar en el Alianza, Alonso viajó a Honduras para formar parte del equipo Real España y luego pasó a Guatemala para jugar en el Aurora, de ahí decidió retornar a El Salvador y su amigo también de nacionalidad uruguaya Raúl Snall, le invitó viajar a Sonsonate para evitar la ofensiva que se vivía en San Salvador.
Moriré jugando fútbol
Ya han pasado 25 años y Rubén Alonso sigue residiendo en Sonsonate, 19 de ellos en Acajutla y 6 en la cabecera departamental.
En los primeros meses de haber llegado a la ciudad de los cocos, se entrenó con el equipo Acajutla y el técnico “Pollo” Tenorio, decidió no contratarlo por lo que pasó a formar parte del Fuerte San Francisco, de Gotera, Morazán y luego llegó al Limeño, de Santa Rosa de Lima, La Unión.
Después pasó al Bayer-Adet y finalmente se retiró vistiendo la camiseta del equipo Tiburones, con quien descendió a la segunda división.
En su debut de técnico se hizo cargo del equipo Árabe Marte y lo subió a la primera división. Después entrenó al Mar y Plata, de Puerto El Triunfo, y al Jocoro, de Morazán.
El técnico uruguayo entrenó al San Salvador, al Águila, al Isidro Metapán, a la Universidad de El Salvador y hoy día al equipo Audaz, de Apastepeque, Vicente.
Dirigió al Alianza y fue campeón. De igual forma llevó al San Salvador a levantar el trofeo de campeón.
“En todos los lugares que he llegado he dejado muchos amigos. Hay que dejar una buena imagen como persona y por eso la gente me recuerda”, afirmó.
Según Alonso en El Salvador anotó 133 goles en primera división y recuerda que el portero más difícil en vencer fueron Ricardo Guevara Mora y Guadalupe “Chepe Hielo” Martínez.
En cuanto a los defensores a vencer recuerda a Alfredo Fagoaga y al “Fiera” Alvarado entre otros, “esos jugadores eran recios, pasaba el jugador pero no la pelota, o la pelota y no el jugador”, aseguró.
“Espero dirigir en primera división y trabajo donde sea. Yo voy a morir en el fútbol, es mi vida y los fines de semana juego en el papi fútbol, no cobro por ello y llego a divertirme. Si quiero corro o mantengo un ritmo lento”, puntualizó.