El Salvador
jueves 14 de noviembre de 2024

Monseñor Jesús Delgado, el “Judas” de la Iglesia Católica salvadoreña

por Bryan Avelar


Después de ser Vicario General, secretario general y postulador de la causa de monseñor Romero, el padre delgado es acusado de "traicionar" a la iglesia y haber violado a una niña de 9 años.

La Iglesia, dicen, está hecha de carne y de divinidad. Lo dice el mismo monseñor Rafael Urrutia, arreglándose el cuello clerical luego de aceptar públicamente que su colega, monseñor Jesús Delgado “pecó” violando a una niña religiosa de nueve años. Y es él mismo quien acepta que este hecho es “penoso” para la Iglesia Católica salvadoreña, y cuenta cómo fue que se dio cuenta de esto hace pocos días.

Al ver al padre Delgado uno no se imagina a Judas. Se imagina a un candidato a santo. Inspira ternura su cara de ancianito bien peinado y con túnica blanca orando en voz alta. El otrora secretario personal de monseñor Óscar Arnulfo Romero no sería capaz, piensa uno, de semejante «pecado». Si fue él mismo quien impulsó su causa para que lo beatificaran. Pero si violar a una niña es pecado, el padre Delgado pecó. Y ahora es público. Y también es llamado Judas.

-El padre Jesús Delgado ha sido suspendido de sus funciones religiosas y es procesado por violación sexual de una menor de edad – dice monseñor Urrutia con la voz a punto de quebrársele, luego de divulgar este caso.

El presbítero Simeón Reyes, quien ha coordinado su discurso con los otros tres sacerdotes que le acompañan en la conferencia de prensa que prepararon para dar la mala noticia, le añade un poco de metáforas bíblicas a la situación y lo explica lamentándose.

-Igual que sucedió en las escrituras, no todos los seguidores del Señor son rectos en su actuar. O, dígame usted, ¿todos los apóstoles lo fueron?

-No sé, dígame usted.

-Usted sabe que Judas traicionó al Señor con un beso. Lo mismo ha sucedido aquí. Se ha traicionado a la iglesia.

El caso, según narraron los sacerdotes del arzobispado de San Salvador, no tuvo que ver solo con besos como el de Judas. Se dio hace muchos años, cuando la ahora señora tenía apenas nueve años y asistía a misa fielmente. Entonces fue cuando el padre Delgado se aprovechó de su cercanía y la abusó. Pero ella aparentemente no tuvo valor de denunciar sino hasta ahora, mucho tiempo después, cuando contó su historia a una trabajadora social de la Secretaría de Inclusión Social.

De hecho, fue hasta este miércoles 26 de noviembre, cuando la exprimera dama Vanda Pignato dijo que “la Iglesia Católica debería revelar el nombre de un reconocido cura pedófilo”, y se hizo público el caso, que la iglesia se animó a destituir a Delgado y declararlo ante los medios.

Un día después, los cuatro sacerdotes, en representación de la Ilgesia Católica, lo aceptó públicamente y reveló el nombre del hechor.

-Queremos pedir perdón. Perdón a la víctima. Y a Dios le pedimos que nos ayude y nos de fortaleza – dijo monseñor Urrutia, haciendo las veces de vocero de la iglesia, por encomienda de el máximo jerarca de la Iglesia Católica que en su momento andaba de viaje.

Un párroco nacido el 21 de mayo de 1938, y conocido por haber sido el secretario personal del ahora beato monseñor Romero, y por haberse convertido, so perseverancia religiosa, en el vicario general del arzobispo de San Salvador, es decir el tercero al mando de la iglesia salvadoreña, también aceptó recientemente haber abusado sexualmente de una niña de nueve años.

Delgado, originario de la ciudad de Ilobasco, del departamento de Cabañas, siempre aseguraba que su vocación se la debía a su madre, doña Ofelia Acevedo, y a su padre, don Rafael Delgado, dos personas católicas desde siempre; y gracias su orientación fue ordenado sacerdote el 15 de agosto de 1962 bajo la bendición de monseñor Benjamín Barrera y Reyes,  en la Catedral de Santa Ana.

Desde entonces sus “bendiciones” fueron muchas hasta llegar a ser Vicario General y sacerdote de la parroquia San José de la Montaña. Pero antes fungió como Vicario Episcopal de Educación y Cultura y se destacó como postulador de la beatificación de monseñor Luis Chavez González y de monseñor Romero.

Pero ahora es considerado un Judas que, no con un beso sino con una violación sexual, traicionó a la iglesia.

Los sacerdotes explican que los delitos sexuales cometidos por religiosos (cada vez más conocidos públicamente) son cometidos por falta de oración. Por falta de perseverancia en la fe y por una doble moral. De hecho, el mismo padre Delgado lo repitió a más no poder en sus homilías, y en una entrevista publicada en YouTube, respondiendo a la pregunta de “¿cómo ve los valores en la sociedad salvadoreña?”, el ahora acusado de violación admite que los salvadoreños “mientras nacemos y morimos tenemos un conflicto de valores y sí queremos ser cristianos pero también quiero gozar de este mundo”.

Por eso mismo es que ahora, los líderes de la iglesia han querido solventar “los pecados” del padre Delgado con oración y meditación, internándolo en una casa de retiros sin permiso de salir mientras dure la investigación.

-No es que esté “recluido”, sino más bien está meditando, reflexionando, y en su momento pedirá perdón – explica el padre Reyes.

Por su parte, el padre Urrutia dice que las versiones de la víctima y victimario coinciden, y que lo que ella ha pedido por el momento, es que él se retire de su sacerdocio y pida perdón. Sobre lo demás, las investigaciones episcopales y fiscales, sobre si el delito que a todas luces se ha aceptado, la iglesia dice quedar “a la voluntad de Dios”, del Dios al que traicionó Delgado.