El Salvador
lunes 25 de noviembre de 2024

Comando especial ejecutó masacre por ajuste de cuentas con Los Perrones

por Redacción


La forma en que los asesinaron evidencia un claro ajuste de cuentas entre carteles de la droga. Una de las víctimas era pariente de Reynerio de Jesús Flores Lazo, quien años atrás fue considerado el máximo cabecilla de Los Perrones y quien ahora se encuentra en prisión por delitos de narcotráfico.

Nadie escuchó nada. Tampoco observaron algún movimiento extraño. Lo que alertó a los vecinos que algo malo sucedía fue el desfile de patrullas policiales que llegaron pasadas las cuatro de la tarde a un amplio estacionamiento de tráileres.  Ocho personas habían sido masacradas al interior de ese lugar.

El múltiple crimen ocurrió  en el caserío Milagro de la Roca del cantón Primavera , municipio de Quezaltepeque, específicamente en la carretera que conduce hacia el desvío de San Juan Opico, departamento de La Libertad.

Los masacrados laboraban como conductores de tráileres y mecánicos. Uno de ellos se encargaba de cuidar el local. En ese predio, la mayor actividad era realizada durante el día: los furgones entraban y salían.

De noche todo era silencio. Jamás se escuchó música o ruido estridente que incomodara a los vecinos.

Lugareños aseguran que los trabajadores eran personas reservadas, que únicamente se les veía salir cuando iban a la tienda. Luego se encerraban de nuevo. Casi no hablaban con nadie.

«A ellos se les veía sobre todo cuando salían a bordo de los vehículos de carga.  Y de vez en cuando se escuchaba que jugaban fútbol», comenta una mujer residente del caserío.

El más conocido de todos los que ahí se reunían era el señor que cuidaba el local.  En la zona lo conocían por el sobrenombre de Chungo.

Los ocho asesinados fueron atados de pies y manos, y luego ejecutados. Los informes indican que los victimarios habrían utilizado silenciadores en sus armas de fuego y después recogieron los casquillos de bala para no dejar evidencia.

La Fiscalía General de la República (FGR) confirmó este martes los nombres de algunos de las personas asesinadas: Ramón Alfredo Alemán Osorio, Berta Luz Cárcamo Ortiz, Juan Doauglas Pocasangre, Rudis Alcides Lazo Flores y Ricardo Alemán Mancía.

Una novena víctima, identificada como Franklin Vanegas, de 33 años, falleció este martes en el hospital San Rafael de Santa Tecla, donde se encontraba en cuidados intensivos.

Las otras dos personas lesionadas aún continúan hospitalizadas bajo un fuerte dispositivo de seguridad. Un menor de tres años sobrevivió al ataque. Al parecer, los ejecutores le habrían perdonado la vida.

La masacre se maneja con cautela y las autoridades aún no han brindado mayor información sobre qué podría haber propiciado los asesinatos.

Este martes distintas unidades especializadas aún se encontraban en la escena para recolectar todo tipo de prueba que sirva en la investigación.

Foto D1. Salvador Sagastizado. Policía procesa escena de la masacre.

Foto D1. Salvador Sagastizado. Policía procesa escena de la masacre.

Análisis del caso

El analista en seguridad y antinarcotráfico, Óscar Peraza Rodríguez, señala que el caso evidencia un” claro ajuste de cuentas” entre carteles de la droga.

El comando especial que ejecutó la masacre llevaban armas de grueso calibre para someter a esa cantidad de personas.  La forma en que estaban los cadáveres, por las cinchas, revelan un previo interrogatorio y una clara  ejecución”.

Peraza Rodríguez agrega que en una de las fotografías, tomadas al interior del estacionamiento, se observa un jet ski  que los narcos suelen utilizar “para hacer contacto con la embarcación que traslada la droga. Ese elemento no encaja en un predio de tráileres”.

Para el general en situación de retiro y ahora diputado electo, Mauricio Ernesto Vargas, en el corredor de las drogas en el país pueden estar usando a las pandillas para poderlos salvaguardar. Los Zetas han estado bien “ensartados en Guatemala y Honduras”. Por qué vamos a descartar que estén aquí”.

En cuanto si la masacre la ejecutó el grupo mexicano de narcos conocidos como los Zetas (pues en las paredes de la habitación donde las personas fueron ejecutadas habían pintado con rojo unas letras zetas), el director de la Policía Nacional Civil, Mauricio Ramírez Landaverde expuso:

“Podrían estar desviando la investigación hacia un lugar equivocado. Nosotros no nos podemos orientar por ese tipo de señales. Todo va a depender de un trabajo minucioso y técnico”.

Entre los fallecidos se encuentra un hombre llamado Rudis Alcides Lazo Flores, quien  es pariente de Reynerio de Jesús Flores Lazo, considerado hace años como el cabecilla de Los Perrones.

Los familiares de Rudis Lazo  llegaron al Instituto de Medicina Legal y aseguraron que «él andaba dejando un camión que lo iba a poner en venta».

En 2012, Reynerio fue condenado a 80 años de prisión por delitos relacionados al narcotráfico.

zeta

Escena del múltiple crimen. Los ejecutores dejaron pintadas la letras «z» en las paredes.

 

Los Perrones

Es una banda compuesta por hoteleros, contrabandistas y traficantes de personas que se consolidó a finales de los noventa. Varios de los integrantes poseen doble nacionalidad con Honduras, lo cual les permite transportar con facilidad sus mercancías.

Investigaciones policiales los han relacionado a cárteles colombianos y mexicanos que buscan transportar grandes cantidades de drogas a Estados Unidos.

Los principales líderes de Los Perrones son Daniel Quezada, Reynerio de Jesús Flores, Juan Colorado y José Natividad Luna. De los cuatro, solamente José Luna estaba en libertad. Los demás fueron condenados por delitos relacionados al narcotráfico.

El crecimiento de la banda los llevó a dividirse en dos grupos: los Perrones Occidentales y los Perrones Orientales. Los Occidentales controlan el tráfico de cocaína, armas y migrantes. El segundo grupo se dedica a transportar cocaína vía marítima.

El viaje terrestre lo inician Los Perrones después de que la cocaína es recogida en Colombia por medio de lanchas. Luego la mercancía es descargada en embarcaciones de apariencia legal, como barcos de pesca que llegan hasta la costa de El Salvador.

Su habilidad para mover mercancías desde el mar abierto hacia las carreteras centroamericanas los convierte en un aliado valioso para los grandes cárteles mexicanos y colombianos que trafican drogas en la región.

La relación entre Los Perrones y las pandillas es bastante fluida. Parece ser complementaria: con las maras controlan distintos territorios del país.

Los Perrones comenzaron a ganar atención después de que en el año 2000 se les relacionara con un cargamento de varias toneladas de cocaína descubierto en Nicaragua y Costa Rica.

Actualmente Los Perrones se han reagrupado y se mantienen como una de las mayores bandas del narcotráfico salvadoreño.

De acuerdo con el sitio Insight Crime (Crimen Organizado en las Américas), los Perrones se han convertido en uno de los grupos más importantes de «transportistas», gracias a su habilidad para mover cargamentos de drogas más allá de la frontera con Honduras y las fronteras de Guatemala, donde se entregan las cargas a grupos mexicanos como los Zetas y el Cartel de Sinaloa.