El Salvador
domingo 24 de noviembre de 2024

La extraña historia del descuartizador de Lomas de San Francisco

por Redacción


El presunto asesino sería un profesional hijo de un veterano político salvadoreño. Desde hace algunos años, el hombre se metió en problemas de cuantiosas estafas. Sus líos se profundizaron hasta que apareció como el inquilino de los apartamentos de la colonia Lomas de San Francisco.

En la entrada de los pequeños apartamento de la colonia Lomas de San Francisco, donde vivía el presunto descuartizador, quedó un papel ensangrentado que nadie se atrevió a tocar con sus manos. Ni siquiera los agentes policiales.

El documento tampoco lo levantaron algunos empleados del administrador, que arrienda  los apartamentos de 40 metros cuadrados, cuando comenzaron a lavar la sangre y descubrieron que ahí habían matado a alguien.

Arriba, adentro del apartamento, quedó todo revuelto. Los investigadores se llevaron varias cajas de cartón repletas de documentos que el supuesto asesino colocó, ordenadamente, encima de su closet.

También había algunas ropas de hombre en un lugar donde, supuestamente, el asesino durmió al menos una noche con su víctima antes de partirla en mil pedazos.

Luego colocó, en diferentes sitios del piso, cabeza, piernas, manos, tronco y otras partes que introdujo en maletas baratas.

Su crimen fue tan desproporcionado e inescrupuloso que el asesino- a quien ya tendrían plenamente identificado- fue a una ferretería a comprar un serrucho y otros instrumentos que le sirvieron para descuartizar a su víctima.

El homicida no se cuidó en desaparecer detalles que lo involucran con el crimen. Posiblemente lo hizo desestabilizado sicológicamente.

Papeles abandonados

En el parqueo frente a  de los apartamento se encontró un papel que tiene un nombre impreso. Se lee: Erwin José Mierisch Mcewan.

Los apellidos suenan extraños. No son salvadoreños.

El mismo documento, con manchas de sangre, tiene el nombre de una sociedad: café azul Meambar S. A. de. C.V.

En el internet se encuentran las primeras pistas: Erwin Mierish Mcewan es un rico hacendado de Nicaragua que posee también un par de haciendas cafetaleras en Honduras.

El documento ensangrentado prueba que Mierish pagó unos $600 (el 16 de enero del 2012) como impuesto a la tenencia de tierras en Honduras.

¿Qué hacían esos papeles en la escena del crimen cometido  por el presunto descuartizador en la colonia San Francisco?

Foto D1: Salvador Sagastizado. Documento ensangrentado hallado en la entrada de los apartamentos.

Foto D1: Salvador Sagastizado. Documento ensangrentado hallado en la entrada de los apartamentos.

Pocos saben cómo llegó  ese documento a ese lugar. Lo único que  podría conectar con ese hacendado nicaraguense es un detalle. En el edificio donde rentaron un pequeño apartamento al asesino, apareció un vehículo supuestamente robado en Honduras. Mierish tiene tierras en ese país.

Al principio se creyó que Mierish podría ser el hombre desmembrado, al menos en ocho partes, en ese apartamento donde todavía huele a sangre y a cadáver putrefacto a pesar que algunos empleados lavaron el piso con lejía.

Pero, la policía y los responsables forenses del país dicen que todas las partes del muerto que aparecieron en cuatro sitios diferentes de San Salvador, pertenecen a Franklin Jonathan Mendoza Ortiz, un empleado de la alcaldía de Santa Tecla.

Diario1.com supo que Jonathan trabajaba en la alcaldía tecleña, desde hace cinco años, en la Unidad de Infraestructura del departamento de desarrollo rural.

Rondaba los 30 años edad. Fue el lunes pasado cuando su jefa dijo que le extrañaba que Jonathan no había llegado a trabajar. Así lo reportó a sus superiores.

El exfuncionario era “maestro de obras” y era conocido como un buen albañil.

A pesar de haberse identificado el cadáver de Jonathan, persisten las dudas. ¿Por qué en ese pequeño apartamento, no muy lujoso, aunque tiene lo necesario para que lo habite una persona, aparece el documento de un ingeniero nicaraguense y cafetalero en Honduras?

Erwin, incluso, fue gerente de operaciones de la Alianza para la Excelencia del Café en Nicaragua.

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Foto D1: Erwin José Mierisch, hacendado nicaraguense que también posee un par de haciendas cafetaleras en Honduras. Documentos a su nombre aparecieron en el apartamento.

Miedo, malestar de vecinos

En el conjunto de pequeños apartamentos donde vivía el victimario, en la colonia San Francisco, los vecinos ya no quieren estar ahí.

Quieren marcharse. Saben que ahí no andan bien las cosas. Y al menos dos de ellos tuvieron problemas con el supuesto asesino.

El día que la Policía acordonó la vivienda, el administrador reunió al resto de inquilinos y les dijo que quien quisiera marcharse lo hiciera sin freno.

En esos apartamentos se guardan varios secretos: el inquilino que pudo matar al maestro de obras de la alcaldía de Santa Tecla es hijo de un veterano y reconocido político del país.

Todos sus vecinos miraban cómo, en el pequeño lugar, entraban y salían hombres a diferentes horas.

Pero uno de los hechos que más preocupa es que el vehículo hondureño que apareció en el parqueo de los apartamentos fue presuntamente robado en Honduras.

Otro pik up que poseía el extravagante inquilino también fue robado en una barriada en el municipio de Ciudad Delgado, San Salvador.

Eso significa que el descuartizador- que tendría menos de 40 años- muestra un fuerte poder para manejar, o pertenecer, a una estructura criminal.

El apartamento no fue, sin embargo, rentado, directamente, por el presunto asesino que dejó toda clase de huellas donde vivía. Lo habría alquilado un personero de una importante compañía transnacional del país.

Fue de pronto que  llegó el verdadero inquilino y comenzó a vivir ahí desde hace varios meses.

En varios problemas

El hijo del veterano político fue hace algunos años representante de una compañía transnacional minera. La empresa nunca logró que se le abrieran, legalmente, las puertas en el país y ahora la representa un exministro.

El supuesto “descuartizador” comenzó a tener problemas con la firma canadiense cuando, en un momento, se le descubrió vendiendo acciones falsas de esa compañía a amigos e influyentes empresarios.

Las acciones intentó venderlas a cambio de fuertes sumas de dinero y los timados inversionistas se dieron cuenta del fraude cuando intentaron cobrar sus réditos en Canadá.

Después de que se descubriera en eso, el supuesto asesino comenzó a meterse, cada vez más, en angustiantes problemas. Dañó el patrimonio de mucha gente.

Luego no se supo más de él. Se presumía que se encontraba fuera del país porque huía de varias presuntas estafas que habría cometido, incluso con la venta de varias casas.

Por eso, algunos investigadores se mostraron sorprendidos cuando descubrieron que, en el mismo apartamento donde existían restos de sangre, vivía el hijo del político que tuvo su esplendor en los años ochenta. Momentos importantes de la historia salvadoreña.

Las autoridades temen que, si fue capaz de cometer un crimen de esa dimensión, pueda repetir su conducta.

Periodistas de Diario1.com mostraron, al menos a tres personas, la fotografía del profesional que vivía en el apartamento donde se cometió el horrendo crimen. Todas ellas lo reconocieron como el inquilino del pequeño apartamento.

No hay una sola persona que esté tranquila en el edificio donde vivía el investigado. Ni siquiera el administrador sabe lo que ahí pasó.