El legendario comediante mexicano Roberto Gómez Bolaños «Chespirito» recibió este lunes el último adiós en una ceremonia privada con familiares y allegados en un panteón de la capital, al que llegaron fans agradecidos por la diversión que regaló a generaciones de niños de América Latina.
El féretro con los restos de Gómez Bolaños, fallecido el viernes a los 85 años, arribó al Panteón Francés de la Piedad en una lujosa carroza fúnebre blanca seguida por policías motorizados y vehículos de familiares y ejecutivos de Televisa, la cadena para la que el actor, guionista y escritor trabajó casi toda su vida.
En el restringido acto, familiares y amigos cantaron algunas de las canciones de las series de «Chespirito» como «Qué bonita vecindad», de la emblemática «El Chavo del ocho».
En medio de la tristeza «hubo también cierta alegría, como él nos la hizo vivir», explicó a periodistas el actor Moisés Suárez a la salida del cementerio.
«Descansa en paz ya, papito. Ya te han sido revelados los misterios de los sabios. Has visto el rostro de Dios», dijo una de las hijas de Gómez Bolaños antes de que fuera sepultado, según publicaron medios mexicanos.
En las inmediaciones del panteón, ubicado sobre una transitada y céntrica avenida, decenas de seguidores del «Chavo del Ocho» esperaron la llegada de la carroza.
«Gracias por tantas risas, te extrañaremos», decía un cartel que llevaban dos adolescentes.
El chileno Sergio Alcayaga, enfundado en una camiseta del personaje «Chapulín Colorado» y luciendo una gran bandera de su país, viajó expresamente a la capital mexicana para dar su último adiós a su ídolo Gómez Bolaños.
«Tomé el primer avión que encontré solamente para despedir a ‘Chespirito’, mi ídolo de infancia. Todo lo que podría decir de él es poco», dijo a periodistas este ingeniero electrónico de 41 años.
«Hasta pronto Chavo. No te vayas sin tu torta de jamón», rezaba otro cartel que llevaban dos ancianos que trajeron al panteón un sándwich de jamón como una ofrenda para Gómez Bolaños.
«Queríamos acompañarlos»
Con flores y regalos, los fans esperaron afuera del cementerio, junto con representantes de la prensa de varios países de América Latina, y se quejaban de que una treintena de policías les impedía la entrada al panteón.
«No nos dejaron pasar a acompañarlos en el dolor. Parece que no todos somos iguales y, si no fuera por todos los pobres, «Chespirito» no hubiera llegado donde llegó», dijo a la AFP con lágrimas en los ojos y una flor blanca en la mano una anciana de 70 años que esperaba poder estar presente en el entierro.
Gómez Bolaños falleció por motivos aún no divulgados en su vivienda del balneario caribeño de Cancún (este), donde se trataba desde hace años de problemas respiratorios, dejando huérfanos a México y América Latina de uno de sus comediantes más queridos.
El actor fue protagonista de una serie de homenajes durante el fin de semana. El sábado fue trasladado desde Cancún a unos estudios capitalinos de Televisa, la mayor cadena de habla hispana a la que «Chespirito» dio audiencias televisivas récord desde inicios de la década de los setenta.
En esas instalaciones se celebró una misa privada con la presencia de algunos actores de «El chavo del ocho» como Edgar Vivar («El señor Barriga») y Carlos Villagrán («Kiko»), quien quiso pasar página definitivamente a la amarga disputa que mantuvo con «Chespirito» por los derechos del personaje que interpretaba.
El domingo Gómez Bolaños recibió el cariño de miles de mexicanos en el emblemático estadio Azteca en un sobrio evento al que asistieron su viuda, la actriz Florinda Meza, y sus seis hijos.
El gobierno no anunció ningún homenaje oficial para «Chespirito», aunque el presidente Enrique Peña Nieto expresó el viernes su pésame por la pérdida.