Además de las siete observaciones que la sección de Probidad de la Corte Suprema de Justicia le hizo a las declaraciones patrimoniales del expresidente Mauricio Funes, los gastos y créditos obtenidos por la entonces primera dama y ahora secretaria de Inclusión Social Vanda Pignato también han sido objeto de cuestionamientos por parte de dicha institución.
Las observaciones de Probidad surgen a raíz de que las deudas de la ex primera dama fueron ocultadas en las declaraciones realizadas por Funes al inicio y cese de sus funciones, y sus montos fueron cancelados sin que Pignato percibiera salario alguno, según los datos entregados por Funes.
Esta información consta en la auditoría realizada por Probidad a las declaraciones patrimoniales de inicio y cese de funciones de Funes, para la cual se solicitó información al sistema bancario privado, lo que dejó como resultado varios hallazgos.
Aunque los principales reparos que la sección de Probidad le hizo al expresidente son la compra de vehículos para él y su hijo, el pago por $121 mil recibidos de una empresa sin fondos suficientes, el pago de sus deudas y el ahorro de una suma considerable a pesar de sus gastos, los ingresos bancarios de su entonces esposa también han sido observados.
De acuerdo con las declaraciones patrimoniales de inicio y cese de funciones presentadas Funes, Pignato no reportó ingresos de ningún tipo durante sus cinco años como primera dama; sin embargo, para el 2009 (al inicio del mandato) ya reportaba gastos en tarjetas de crédito y préstamos bancarios que fueron cancelados antes del 2014, cuyos montos no fueron declarados.
Según el análisis realizado a las declaraciones del expresidente, Funes ocultó a Probidad siete créditos realizados por él y su entonces esposa, que fueron cancelados durante su mandato. Esto aunado a las deudas que sí fueron declaradas al inicio de su gestión que sumaban un total de $126,481.
Funes detalló en su declaración de inicio de funciones, el 1 de junio del 2009, que su entonces esposa Vanda Pignato únicamente tenía un vehículo Volkswagen Gol 2001 valorado en $13 mil. Sin deudas, sin gastos ni ingresos. Sin embargo, eso no era del todo cierto, según Probidad.
Las solicitudes de información giradas por Probidad al sistema bancario privado y estatal revelaron que Pignato adquirió un crédito por hasta $5,500 el 31 de mayo de 2014, un día antes de la toma de posesión, el cual no se reportó a Probidad.
“Es de mencionar que el estado de cuenta proporcionado por el Banco no refleja movimientos de compras, solamente se realizaron pagos no superiores a $250 hasta cancelarla completamente el 03 de abril del 2013”, dice la auditoría de Probidad, respecto al préstamo no declarado de Pignato.
Asimismo, la exprimera dama ya tenía otra deuda antes de llegar al gobierno. Dicha deuda fue adquirida en agosto del año 2005 por un monto total de $76,488.16 que serían pagados en 144 cuotas de $530.89 con un plazo final de agosto del 2017 para ser cancelado totalmente. Esta otra deuda tampoco fue declarada en los documentos presentados por Funes a Probidad
El informe bancario detalla además que Pignato realizó, en su mayoría, pagos de entre $530 y $540 hasta finales del 2012. Sin embargo, en diciembre del referido año pagó una cuota de $1,061.78 y en adelante entregó montos mensuales de $1,900, lo que le permitió cancelar la deuda tres años y cinco meses antes del vencimiento del plazo, “a pesar que el señor Funes Cartagena manifestó en sus declaraciones juradas de patrimonio que su cónyuge no genera ingresos”, le señala Probidad.
Los peritos que analizaron las declaraciones de Funes dedujeron, a partir de la información proporcionada por diversos bancos privados del país, que Pignato era titular de cuatro tarjetas de créditos cuyos saldos no fueron declarados a la toma de posesión del cargo y cuyas deudas se cancelaron durante el ejercicio de sus funciones.
En total, a la toma de posesión, Pignato tenía una deuda global de $17,764 en gastos de tarjetas de créditos que fueron cancelados entre septiembre del 2012 y noviembre del 2013; sin embargo, ella no recibió salario alguno sino hasta a partir de junio del 2014 cuando dejó de ser la primera dama y pasó a devengar en su cargo como Secretaria de Inclusión Social.