En el último trimestre de 2015, el Frente Farabundo Martí (FMLN) celebrará elecciones cuyo resultado, unos cinco meses antes, parece ya estar escrito: Medardo González, coordinador general, será reelegido como el máximo líder de los efemelenistas gracias a un sistema de democracia interna controlada en el que no existen disidentes, segundos ni terceros que objeten su permanencia en el cargo once años después de haberlo ganado en primarias –entonces su adversario fue el ahora vicepresidente Óscar Ortiz- como el heredero del fallecido comandante guerrillero Schafick Hándal.
En el Frente no hay novedad. Todo apunta a que González, Violeta Menjívar, Lorena Peña, Salvador Sánchez Cerén, José Luis Merino y diez miembros más –sin contar a los que están por derecho propio, es decir, en función de los cargos que desempeñan- de la Comisión Política seguirán moviendo los hilos del poder en el partido oficial. Y a la Convención Nacional, que tentativamente se desarrollará en octubre, solo llegarán a ser ratificados. Los amparan, de acuerdo a las fuentes consultadas para este artículo, los triunfos de las elecciones presidenciales de Mauricio Funes en 2009 y de Sánchez Cerén en 2014 que se tradujeron en el fin de 20 años de hegemonía de ARENA en Casa Presidencial.
“Propondría a Medardo González nuevamente como coordinador”, dijo Eugenio Chicas, secretario de comunicaciones de la Presidencia cuando se le consultó si consideraba conveniente la renovación de la coordinación.
En 2004 fue la última vez que en el partido hubo internas. Esa vez González, arropado con el apoyo de los ortodoxos –el ala liderada por Hándal- se disputó el cargo contra el entonces alcalde de Santa Tecla que representaba a los renovadores, un grupo al que muchos consideraban enclenques ideológicos. Con más de 10,000 votos a su favor ganó el sector más radical. Tiempo después el victorioso decidió que el método de elección de autoridades iba a cambiarse por uno centralizado que, como principal consecuencia, se tradujo en la reducción del número de electores.
Desde entonces los herederos de Hándal se han enclaustrado en la cúspide gracias al método de elección representativo que parte de los comités de base que eligen a los municipales, luego éstos a los departamentales y así sucesivamente donde los más de 800 afiliados son representados por 80 miembros del Consejo Nacional que al final ratifican a los integrantes de la Comisión Política. El proceso es una especie de embudo donde la palabra termina en manos de unos pocos aunque la celebración parezca que es de todos los afiliados al partido.
En esa forma de votación las antiguas disidencias como la que representaban Ortiz, Hugo Martínez, ministro de Relaciones Exteriores y otros ahora están calladas.
“¿Por qué debemos cambiar? Nos sentimos orgullosos de Milton (seudónimo de González en la Guerra Civil) y vamos a trabajar para que sea nuestro representante en la Comisión Política”, expresó Santiago Flores, diputado efemelenista que hace once años fungió como miembro del equipo de campaña que llevó al coordinador en funciones a ese cargo. Aseguró, además, que cuando el militante tiene claridad ideológica cualquier método de elección será bueno. “Ellos son los primeros llamados a proponer, a participar en la elección”.
Cuando al también miembro de la Comisión Política se le preguntó qué puede hacer un militante que quiere optar a ser coordinador, respondió con un argumento genérico: “Actuando permanentemente en función del pueblo y demostrándolo a diario. No es porque tenga pisto”. Consideró, asimismo, que en el partido los electores tienen poder real de incidencia. “No le decimos por quién votar, sino que (vea) el trabajo que desarrolla cada uno”, afirmó.
Nidia Díaz, también miembro de la CP, recordó que cuando había primarias “todo mundo llevaba camiones y se volvió clientelista” mientras en la actualidad todo el mundo actúa con “mayor consciencia”. “No es que por correlación defino, no es que lleve a un poco de gente que vote por mí y allí quedó”, dijo la diputada por San Salvador.
¿Cuán democrática es esta forma de elección? Los efemelenistas no reparan en ese asunto sino en que ahora el FMLN es un partido en apariencia cohesionado que a sus antiguas voces críticas les ha dado puestos importantes en carteras estatales pero que todavía no las incluye en los organismos de dirección.
“Somos un partido exitoso y la militancia ha estado de acuerdo en eso”, comentó Chicas, mientras Díaz concluyó: “Estamos bien como estamos”.
A finales de octubre del año pasado la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) ordenó a los partidos crear mecanismos de democracia interna que deben quedar establecidos en la Ley de Partidos que aprobó la Asamblea Legislativa en febrero de 2013.