Acumulan años, algunos casi décadas. En la Legislatura que recién se estrena hay tres figuras políticas que han presenciado cambios de Gobierno, visto desfilar diputados –de los que se van y luego vuelven-, han levantado su mano en innumerable cantidad de veces para apoyar enmiendas o leyes. Tal vez no han sido periodos ininterrumpidos, pero sí datan de tiempos ochenteros. Son tres, de 84 diputados, los que abanderan la lista de ser los más añejos de ese Órgano de Estado: Francisco Merino, Milena Calderón de Escalón y Antonio Almendáriz.
Merino, del partido de Concertación Nacional (PCN), es el legislador con más antigüedad. Cuando entró como miembro del partido Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), y él lo acepta, era joven al extremo. Pisó territorio legislativo por vez primera en 1982, en medio de convulsiones sociales, el estallido de la guerra civil y el proceso para promulgar la Constitución vigente. Fue un diputado de la Asamblea Constituyente, misma que estuvo presidida por Roberto d’ Aubuisson –fundador de ARENA-. Hoy, 33 años después, ve esa etapa de su vida como la de mayor sacrificio, donde su prioridad era “el bienestar del país” antes que vivir como joven. “Yo sí me entregué de lleno, hay evidencia”, menciona.
Pero Merino, quien se considera un ejemplo para la juventud que quiere lanzarse a nadar entre políticos, dejó la actividad legislativa en 1989 debido a que se convirtió en vicepresidente de la República, de la mano del también diputado arenero Alfredo Cristiani, jefe de Estado entre 1989 y 1994. “Si algo van a ver en mi situación curricular, es que nunca he estado en cargos de dedo. Siempre he ido a elección”, se jacta.
Luego de cuatro años, y tras haber pasado por el Parlamento Centroamericano (Parlacen), Merino regresó en 1998 como diputado suplente. No fue hasta en el año 2000 que se convirtió en propietario además de ser jefe de la bancada pecenista.
Desde entonces, su carrera en la Asamblea se ha marcado por la presencia en la Junta Directiva, con cargos que alcanzan la vicepresidencia legislativa. «Si yo estoy aquí es porque entré joven, si yo hubiera entrado como muchos que vienen acá en los finales de sus días, claro, es difícil tener una trayectoria y experiencia mayor», asevera.
La segunda legisladora, con un currículum muy parecido, es la diputada arenera Carmen Elena Calderón de Escalón, o mejor conocida como Milena de Escalón. Ella llegó como suplente del expresidente Cristiani. Cuando Cristiani toma las riendas el Ejecutivo, Calderón de Escalón pasa a ser propietaria. Terminó el año y medio de periodo que dejaba Cristiani, trabajando en la Comisión de Puntos Constitucionales y Hacienda.
En un inicio no tenía noción alguna, lo acepta. “Yo venía de un microscopio, había estudiado Laboratorio Clínico”.
La diputada, para entonces, no tardó en buscar a d’Aubuisson, exponerle sus inquietudes y dudas. Pero su respuesta fue contundente, no había marcha atrás: “Eso me tiene sin cuidado”, le diría el fundador de su partido y añadiría: “Si vas a tener en tus manos la hacienda pública, asesorate. Contratá profesores”. Desde entonces, Milena de Escalón dice no paró de estudiar. “Se reían porque parecía de bachillerato. Me la pasaba con libros, profesores…”, describe quien hoy es de las diputadas de su fracción que no suelta los temas relacionados a las finanzas públicas.
Muy confiada en que la experiencia de sus años, así como haber sido una vez jefa de la bancada arenera, Calderón de Escalón tomó para esta legislatura el cargo de subjefa y tiene, bajo su control, el actuar de sus diputados: “Tengo un objetivo primordial: mantener el equipo de los 35 diputados trabajando en equipo con una visión. Mantener el equipo unido, donde todos somos parte, tenemos que hacer una estrategia en conjunto”.
Milena Calderón no es de fechas ni de proyectarse límites: al preguntársele si cree que ya está por terminar su carrera política responde: “nunca hay que decir nunca”.
El tercero, pero quizás el que nunca ha interrumpido sus periodos, es Antonio Almendáriz. El coronel del PCN llegó representando a Sonsonate en 1997.
Con un doctorado en Teología, egresado de Ciencias Políticas y un diplomado de Estado Mayor del Ejército, son seis periodos legislativos al hilo los que acumula. Desde entonces a la fecha se ha destacado en ser presidente de la Comisión de Defensa o la Comisión de Seguridad.
En los pasados comicios, Almendáriz estuvo a pocos votos de quedar fuera de la Asamblea. Al final del conteo se constató que el coronel, muy famoso por el trabajo territorial que realiza en su departamento, había logrado un escaño.