Hace quince años alcanzó lo que considera una de sus mayores satisfacciones, la coordinación general del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). A sus 72 años de edad, Fabio Castillo, aunque no cuenta con bienes de producción, se considera un “pequeño burgués”.
Firme creyente del debate de las ideas para solucionar los grandes problemas del país, el abogado Castillo dice que le alegra ganar una discusión. Pero de igual manera se siente satisfecho cuando pierde en sus argumentos porque eso significa que estaba equivocado y entonces aprende algo.
Asegura que El Salvador nunca ha visto de forma estratégica los problemas y las soluciones a estos. Ejemplifica esta práctica cortoplacista señalando que en el país se construyen calles para las necesidades del momento y por eso a los pocos años se tienen que ampliar.
Fabio Castillo −quien va en la lista como concejal del candidato a la alcaldía de San Salvador por el FMLN, Nayib Bukele− conversó con diario1.com sobre sus perspectivas para las próximas elecciones, el voto cruzado (el cual él apoya), su experiencia en el concejo municipal de Carlos Rivas Zamora (2003-2006), su pensamiento de izquierda y cómo combina sus ideas con el trabajo como abogado de empresas y de los “dinosaurios políticos”.
Nacido el 18 de octubre de 1942 en San Salvador, Castillo indica que tiene 72 años “bien vividos” y que ya se considera viejo.
¿Qué cosas ya no puede hacer que hacía cuando estaba joven?
Caminar mucho, por ejemplo, ya no lo puedo hacer. Ya me cuesta viajar, que antes lo hacía y me daba un gran placer. Ya me cuesta precisamente porque hay que caminar y pasar por una serie de trámites y de cosas que ya me son engorrosas.
Usted fue miembro del concejo del alcalde Carlos Rivas Zamora. ¿Cómo fue esa experiencia?
No fue del todo agradable porque en el concejo de aquel momento había un poco de discrepancias, entonces uno sentía como que no estaba trabajando con un equipo. Diferente va a ser hoy que afortunadamente habrá concejos pluralistas; eso, yo ayer insistía, en que el Frente no ha necesitado de leyes ni de ningún otro tipo de presiones para formar una candidatura de concejo pluralista. Va don Jaime Hill, quien hizo declaraciones y dijo: yo soy un hombre de derecha. A mi modo de ver, esa es una prueba que el Frente está queriendo una verdadera reconciliación nacional en la que en sus equipos pone a gente de izquierda, yo soy de izquierda, y pone a gente de derecha.
La característica fundamental para formar parte de estos organismos no es ser de izquierda ni ser de derecha, es ser una persona honrada con interés para solucionar los problemas del país. Y digo del país porque San Salvador no es patrimonio solamente de los capitalinos, es un patrimonio nacional. El gobierno de la alcaldía de San Salvador interesa a todos los salvadoreños, no solamente a los capitalinos.
En este caso, ¿la apertura es del FMLN o de Nayib?
Del Frente y Nayib.
¿Quién lo llamó para ser candidato a concejal?
Nayib. De por sí, el postular a Nayib es una gran apertura de parte del Frente. Nayib no es miembro del Frente, o sea que el Frente busca personas capaces, correctas, con entusiasmo, con energías, con buenas ideas, sean de izquierda o de derecha, mientras sean correctas no hay ningún problema.
¿Cuál sería su aporte dentro del concejo municipal?
A mí me gusta mucho la discusión, sobre todo hoy que el concejo va ser plural. A mí me gusta mucho discutir, me alegra ganar la discusión, pero me alegra también perder la discusión porque si pierdo es porque estaba equivocado y algo he aprendido. Así es que la participación en el concejo municipal para mí es muy agradable.
En una oportunidad usted dijo que no sabe nada de administración.
Nada, absolutamente.
¿Pero ha sabido administrar siquiera su bufete?
No, en absoluto, nunca he podido.
¿Cómo combina su trabajo privado como abogado con empresarios, ya que usted es un hombre con ideas de izquierda?
El Derecho es uno y se aplica igualmente a la gente de izquierda y a la gente de derecha. No tiene en ese sentido preferencias por unos o por los otros. Hay algún tipo de normas en nuestro ordenamiento jurídico y de todo el mundo que tienden a favorecer a algunos sectores de la población menos favorecidos. Como por decir la Ley de Inquilinato, las leyes que protegen a los salvadoreños que tienen representación de marcas extranjeras tienden a favorecer a algunas personas que están en situación de desventaja con respecto a su contraparte. Pero en general lo mismo se aplica la ley para una persona de derecha que para una persona de izquierda.
¿Nunca le han dicho que lo consideran un pequeño burgués?
Como no, sí.
¿Usted se considera un pequeño burgués?
Sí.
¿Por qué?
Pues, hombre, yo no vivo en un mesón, en primer lugar; yo no paso por estrecheces económicas, no es que sea rico, pero no paso por estrecheces económicas. Si bien para catalogarme como pequeño burgués tendría yo que ser propietario de algún tipo de bienes de producción, que no los soy, pero tengo más o menos, no digo un capital, pero tengo más o menos asegurada mi vejez.
Pero noto que me pregunta como si fuera malo ser pequeño burgués.
A su edad, ¿cuál ha sido la mayor satisfacción en su vida a nivel profesional o personal?
Tengo dos cosas de las que me enorgullezco: una, que me hayan elegido como coordinador general del Frente en un momento que era difícil para el partido, y dos, haber sido durante toda mi vida profesor de Derecho Constitucional.
¿En qué universidades?
He sido profesor de Derecho Constitucional y Teoría del Estado en la Universidad de El Salvador y en la Universidad Autónoma de Puebla y en la UCA.
¿Se arrepiente de algo, de algún error que haya cometido en su vida?
He cometido muchos errores en mi vida, tengo muchos pecados, pero yo parto de la tesis que tenemos los cristianos de que nos confesamos ante el Señor, no delante de un entrevistador.
No me refería a cosas íntimas suyas…
Ah, vaya.
Habla de cristianismo. ¿Qué religión profesa?
La católica.
Es católico…
Fanático.
¿Va a misa todos los domingos?
Procuro.
¿Cómo ve las próximas elecciones en términos generales?
Estoy muy satisfecho. Siento que la planilla del Frente para San Salvador va a tener mucho éxito, va triunfar, y va ser un concejo municipal capaz de enfrentar problemas y de iniciar soluciones.
Yo tengo tiempos de no creer que un gobierno municipal o nacional va solucionar en un periodo, pero con que empiece, determine los problemas, que los enfrente y empiece a solucionarlos, con eso estoy más que satisfecho.
¿Qué opina del voto cruzado?
El voto cruzado me ha entusiasmado mucho. Creo que va ser una forma en la que la sociedad civil y los ciudadanos en general vamos a tener para renovar la composición de la Asamblea Legislativa.
¿Es un avance democrático?
Para mí, sí. Yo el otro día estaba aconsejando a unos amigos de ARENA que votan en La Libertad. Ahí va un muchacho, Juan Valiente, que ha pegado mucho, llamémosle así; les decía yo: Si ustedes quieren que quede Juan voten por él y solamente por él, no voten por toda la planilla de ARENA; sino para darle preferencia respecto a una serie de dinosaurios que están ahí. O en todo caso partan de lo siguiente: no votar por la bandera de ARENA; si creen que en La Libertad van a ganar tres diputados, voten por los tres que más le parezcan para que ellos suban en el orden de la elección.
¿Cree que aún hay políticos dinosaurios?
Entre otros, yo.
¿Usted se considera político dinosaurio?
Pues, hombre, tengo 72 años.
Pero no me refería a la edad, sino a las ideas…
Ah, claro, yo en eso espero en Dios haberme mantenido, no digo joven, pero haber abierto mi mente a nuevas ideas, nuevas soluciones. Pero sí hay políticos dinosaurios, don Fredy Cristiani, si me pide un ejemplo.
Todo el que en este momento quiera eliminar al bando contrario en vez de reconciliarlo, es un dinosaurio.
¿Cómo lograr esa reconciliación con los mismos políticos?
No sé, hay cosas que son muy fáciles de hacer pero que nadie quiere hacer. Lo primero es determinar los problemas nacionales; todos estamos conscientes que hay un problema de seguridad, salud, educación, vivienda, empleo, inversión. Estamos claros. Pero no nos reunimos para conversar e impulsar soluciones a esos problemas.
¿Se ha perdido la perspectiva de legislar o proponer políticas a largo plazo?
Nunca las hemos tenido. Este país ha sido siempre un país cortoplacista. Se construye una calle para las necesidades actuales y rápidamente hay que estarla ampliando porque las necesidades actuales se quedan atrás para dentro de dos años. Nunca hemos sido un país que vea estratégicamente los problemas ni las soluciones.
A través del voto, ¿cómo la gente podría incidir para cambiar esto?
Muy decisivamente. A través del voto se pueden escoger gobernantes que respondan a nuestras necesidades.