El Salvador
jueves 14 de noviembre de 2024

Más allá del protocolo, el rojo y los 21 cañonazos…

por Víctor Hugo Dueñas


La ceremonia del traspaso de mando de Funes a Sánchez Cerén fue emotiva de principio a fin. Estuvo plagada de reencuentros, vítores, consignas y arte.

Si algo puede caracterizar la ceremonia de traspaso de mando de Mauricio Funes a Salvador Sánchez Cerén es la privilegiada camaradería entre casi todos los asistentes, más allá de las normas que exige el protocolo.

El calor humano comenzó desde el ingreso a las instalaciones del Centro Internacional de Ferias y Convenciones (CIFCO) con los más 6 mil invitados a los graderíos.

En la única fila que se formó para los asistentes “con tarjeta en mano” hubo tiempo para los abrazos, saludos, besos de bienvenida, los reencuentros.

Las estatuas vivientes recreando diversos oficios (lustrabotas, vendedora de flores y abogado, entre otros), además de los seres con alas gigantes completamente blancos en su vestimenta y piel con las fotos de Schafik Handal, Mélida Anaya Montes y Prudencia Ayala alimentaron la idea del compañerismo y familiaridad en el evento.

El olor a incienso, la música de zampoña y el montaje de una escena indigenista con seres completamente cubiertos de barro ofrecieron un vistazo al pasado y origen de buena parte de la población salvadoreña.

Más allá de este pasillo del arte, que en su centro desfilaron uno a uno los invitados a graderíos y los más de 600 periodistas nacionales y extranjeros -además de los comunicadores institucionales- comenzaba el más pequeño pero intenso de los controles de seguridad, previo al ingreso del anfiteatro.

Cada gafete fue corroborado según su código de barra, en tanto las invitaciones además de sellarse debían tener el número asignado en correspondencia a cada una de las sillas dispuestas sobre los graderíos de cemento.

No hubo lugar a errores ni infiltraciones y a excepción de los 10 minutos de retraso con que empezó la ceremonia todo transcurrió según lo planeado.

Los diputados directivos de ARENA dieron la espalda a Mauricio Funes cuando este llegó hasta la mesa principal. Foto D1 Eduardo Martínez.

Los diputados directivos de ARENA dieron la espalda a Mauricio Funes cuando este llegó hasta la mesa principal. Foto D1: Nelson Dueñas

La privilegiada voz de Aída Mancía (maestra de ceremonia del Ejecutivo) anunció a las 9:13 a.m. el ingreso de los diputados y diputadas de la Asamblea Legislativa y a las 9:33 la representación de la Corte Suprema de Justicia.

Los 15 jefes de Estado o delegados de gobiernos amigos, además del Príncipe de Asturias, ingresaron después, según la precedencia.

Entres los asistentes no hubo reparos en aplaudir para los invitados de mayor simpatía, siendo el primero de ellos el Presidente de Ecuador Rafael Correa. Aunque también hubo mucha emoción con los representantes de Cuba, de la República Saharaui Democrática y de Argelia, estas dos últimas del norte africano.

A las 9:49 se anunció el ingreso del Presidente Mauricio Funes y la Primera Dama Vanda Pignato.

Nutridos aplausos, sonrisas de júbilo y banderas efemelenistas, acompañaron al mandatario quien con evidente dificultad y apoyándose de un bastón se desplazó por una rampa lateral del anfiteatro.

Subir los escalones fue lo más difícil para Funes y solo pudo lograrlo con el apoyo de la Primera Dama, quien debió sostenerlo del brazo izquierdo todo ese tiempo.

El dolor físico que pudo denotar Funes sumado al posible impacto emocional por la reciente muerte de su madre, Mirna Cartagena de Funes, propició variadas reflexiones entre periodistas y asistentes. Es más, el Presidente entrante, Salvador Sánchez Cerén, reconoció de manera pública la valentía de su predecesor por estar en el traspaso mientras los restos de su madre seguían en el velatorio.

Sánchez Cerén y su esposa, Margarita, ingresaron al anfiteatro a las 9:54 de la mañana y tras ellos iban el vicepresidente Óscar Ortiz y su esposa, Elda.

El nuevo Presidente de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén.

El nuevo Presidente de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén. Foto D1: Nelson Dueñas

Al ser anunciados los nuevos gobernantes, los aplausos hicieron retumbar el anfiteatro, las manos izquierdas hechas puño fueron elevadas y hubo un coro casi unísono de “¡Sí se pudo!”. Sánchez Cerén y Margarita, Ortiz y Elda correspondieron la algarabía con apretones de mano y muchos saludos verbales.

Su traslado desde la parte posterior del anfiteatro hasta la mesa de honor dio tiempo suficiente para que, además de enaltecer el segundo gobierno efemelenista, los invitados le expresaran a ARENA: “No volverán, no volverán, no volverán…”

La familiaridad que desde el principio distinguió la ceremonia de traspaso creció con Sánchez Cerén cuando fue recibido con abrazos por el Presidente de la Asamblea, Sigfrido Reyes, sobre todo por Funes.

Hubo más abrazos entre el nuevo gobernante y algunos jefes de Estado, así como con el príncipe español y el representante de Saharaui.

A las 10:25 de la mañana, Funes entregó la banda presidencial a Reyes y exactamente a las 10:27 Sánchez Cerén expresó “Sí prometo” como parte de su juramento constitucional. Desde aquí empezaron los 22 cañonazos, los aplausos, la colocación de la banda presidencial, los saludos a mano alzada, más abrazos.

Durante su primera intervención como Presidente de El Salvador, Sánchez Cerén también hizo notar la camaradería entre la mayoría de invitados. Ya en el podio se rió ampliamente y escuchó las expresiones de celebración.

“Se siente que estamos frente al laborioso pueblo salvadoreño. Se siente la alegría”, exclamó. Dicho esto, comenzó su discurso preparado formalmente para 28 minutos, sin embargo se prolongó quizá el doble cuando debió parar por los aplausos y vítores que recibía.

Alrededor de las 11:20, un total de 30 niños de la escuela municipal “Ciudad Futura”, del municipio de Cuscatancingo, en San Salvador, irrumpieron alegremente desde la parte de atrás del anfiteatro mientras de fondo se escuchaba la canción tema “Adelante”, que distinguió parte de la campaña proselitista del FMLN para la segunda ronda electoral.

Fueron 6,000 invitados a los graderíos, además de 106 delegaciones extranjeras y más de 600 periodistas. Foto D1 Eduardo Martínez.

Fueron 6,000 invitados a los graderíos, además de 106 delegaciones extranjeras y más de 600 periodistas. Foto D1: Nelson Dueñas

Estatuas vivientas rindió honor al salvadoreño trabajador. Foto D1 Eduardo Martínez.

Estatuas vivientas rindió honor al salvadoreño trabajador. Foto D1: Nelson Dueñas

Alegoría a las comunidades indígenas del país: hombres y mujeres de barro. Foto D1

Alegoría a las comunidades indígenas del país: hombres y mujeres de barro. Foto D1: Nelson Dueñas

Los niños de la escuela municipal "Ciudad Futura", de Cuscatancingo, cerraron alegremente el traspaso de mando presidencial. Foto D1 Eduardo Martínez.

Los niños de la escuela municipal «Ciudad Futura», de Cuscatancingo, cerraron alegremente el traspaso de mando presidencial. Foto D1 Eduardo Martínez.