El Salvador
martes 26 de noviembre de 2024

Hermann Bruch: No hay pueblo que tenga mejores gobiernos si no los desea

por Redacción


El analista político manifiesta que "el juego político es un juego de pocos y una 'merienda de negros' porque los políticos llegan a servirse de las pocas riquezas que ofrece el Estado”.

Hermann Bruch es uno de tantos ciudadanos salvadoreños que dicen estar inconformes con el sistema político salvadoreño.Este dos de febrero fue uno de los ciudadanos que acudió a las urnas para anular su voto.Considera que la «partidocracia» se debe romper con “una ciudadanía empoderada con ganas de decir basta ya”.

En esta entrevista con Diario1, expone sus ideas del porqué una buena parte de la población está apática y desinteresada de participar de la política.  Además, asegura que “el juego político es un juego de pocos y  una merienda de negros porque los políticos llegan a servirse de las pocas riquezas que ofrece el Estado”.

“Es una decisión de los ciudadanos. No hay pueblo que tenga mejores gobiernos si no los desea. Los pueblos que tienen buenos gobiernos es porque se han roto por eso y han salido de su comodidad para ir trabajar por ello”, dice Bruch.

Aún se desconoce el porcentaje de abstención y de los votos nulos, pero muchos mostraron ayer cierta apatía de participar en política ¿A qué se debe esto?

La apatía es el resultado de un  cansancio ciudadano de ver, cada vez más, que este juego político lo juegan unos pocos afuera de nuestro ámbito. Que no es mi juego si no un juego de las cúpulas y de los politiqueros.  Es precisamente eso lo que tenemos que cambiar. Es la parte de la democracia que nos toca jugar a los ciudadanos de aquí en adelante. Debemos comenzar a exigir con más fuerza la participación e incidencia de los ciudadanos en las decisiones de las cúpulas.

¿De qué manera?

Como no nos están dando las oportunidades de pronunciarnos porque no hay referéndum ni plebiscito, entonces la única manera que yo tengo de expresarme en contra del sistema es cuando asisto a la urna y anulo la papeleta. En ese momento estamos diciendo no estoy de acuerdo.

Si la mitad de los electores anula el voto en ese momento estaríamos anulando la elección. Al anular la elección ponemos en tela de juicio a todos los actores políticos. Entonces obligamos a estos actores a tomar nota que deben hacer algo. Poniendo en crisis al sistema se puede cambiar al sistema.

¿Se podría interpretar que esta apatía se debe al poco espacio de participación que el sistema político le da a los ciudadanos?

Llamémosle poca credibilidad que hay en el sistema. De qué sirve que yo me involucre si de todas maneras las cosas están decididas por otros. El juego político es un juego de pocos. Una merienda de negros le llamo yo para ponerlo de una forma despectiva. Qué quiere decir eso, que los políticos llegan a servirse de las pocas riquezas que ofrece el Estado.

¿El abstencionismo se debe también a que muchas de las propuestas de los candidatos están llenas de contenidos demagógicos’  ¿Qué piensa?

No encuentro hasta este momento ninguna cosa que me entusiasme en la cual pueda decir que hay una propuesta seria y decente. A veces me canso de tanta burrada. Todos sabemos, por lo menos los que tenemos un poco de inteligencia, que detrás de eso hay puras mentiras, politiquería y demagogia. Hay unas propuestas que son puras payasadas.

¿Por ejemplo?

Liberar al país de las maras. Eso no es nada factible ni aquí ni en ninguna otra parte del mundo. Lo que se puede hacer es tratar de bajar los niveles de delincuencia y tratar de abrir oportunidades, pero eso de decir que en cien días te prometo esto y etcétera y etcétera. Eso es demagogia.

Demagogia es también andar ofreciendo computadoras para todos los niños de las escuelas cuando no se sabe siquiera de dónde vienen los fondos. Dígame, ¿de qué sirve regalarle una computadora a un niño?. A lo mejor servirá para que juegue con ella, porque detrás de una computadora debe existir una persona que sepa manejarla y un profesorado adecuado para poder orientar al niño. Pero ni siquiera hemos invertido en formar bien a nuestros maestros. No tengo nada en contra de los maestros, creo que son seres abnegados, la mayoría son personas que hacen un gran esfuerzo, pero no se les ha dado capacitación para ser buenos maestros.

Hay una serie de factores que entran en juego con todo esto de las promesas electorales. Uno se da cuenta que son promesas que salen del diente al labio y que no tienen ningún fondo de seriedad ni de convicción, mucho menos un propósito de voluntad política para llevarlas a cabo.

Hay quienes critican que los políticos prometen, pero que no explican claramente cómo cumplirán sus promesas y mucho menos cómo van a financiar esos proyectos que prometen.

Es del diente al labio. Es bien fácil decir voy a mejorar la salud,  pero ¿cómo? No dicen qué planes tienen y mucho menos cuál es el programa para mejorar la salud. Es que hay tantos ejemplos que podríamos sacar del pasado y del presente. Todas son puras fantasías. Ahí tenemos a un presidente inaugurando calles que no han sido terminadas, eso es pura politiquería que no tiene nada de seriedad. Y si creen que engañan a la gente se equivocan, el pueblo se da cuenta que le están dando atol con el dedo y por eso siente apatía.

¿Y por qué la gente no reacciona y exige que las cúpulas elijan a políticos nuevos?

El pueblo los exige, pero nadie los está oyendo. Las cúpulas de los partidos están más interesados en poner a los candidatos que van a ser obedientes a la ellos. Por ejemplo, si soy el dueño de los partidos, porque en todos los partidos hay dueños, yo voy a querer tener gente que me va hacer caso sí o sí. Porque quiero sacar la tajada para mí y no quiero que se me vayan a salir del huacal, así como sucedió con el presidente Saca que se le salió del huacal al partido.

Se dice que muchas personas honradas desisten de participar en política porque la consideran corrupta y por eso la gente se ve obligada a elegir entre los candidatos menos dignos.

Es que no nos queda más. Eso es lo que nos ofrecen. Es entonces cuando los ciudadanos debemos actuar. Mi voluntad de anular el voto surge porque no quiero ir a marcar una bandera y menos votar por alguien en quien no creo. Esto es una opinión muy propia, porque yo no puedo, por más que quiera, marcar una cruz sobre una bandera y más cuando se sabe lo que hay detrás de esa bandera.

¿Qué hay detrás de cada uno de los candidatos?

Veamos al candidato de ARENA. Comencemos porque el candidato se auto impuso, él y una camarilla. No era la voluntad del partido, por lo menos no de las cúpulas de aquel momento.

Ahí hay otro problema, porque los dos asesores son cuestionados fuertemente. Uno es un fugitivo de la ley internacional y el otro es el ex presidente Flores, fuertemente cuestionado, pese a que todavía ningún tribunal lo ha encontrado culpable.
Vamos al caso del Frente. El candidato Sánchez Cerén ha sido impuesto por las cúpulas, quiere decir que no fue la voluntad del partido. Eso lo sabemos fácilmente con solo meternos a los blogs en los meses en que el candidato fue impuesto.

Vayamos al otro partido grande. Ese tiene un dueño que se llama Tony Saca y ahí el mismo se autoimpone. Él hace lo que quiere y los demás son títeres que juegan alrededor de él. Ese ni siquiera es un partido que existía, es una mezcla de sanguijuelas de esas que andan chupando la sangre donde haya un cuerpo que se deje. Y las sanguijuelas que andan políticamente sueltas son los partiduchos como el PDC y el PCN.

La partidocracia no se debe de romper de esa manera que propone Saca. Se debe romper cuando entre  fuertemente una ciudadanía empoderada con ganas y con voluntad de decir basta ya.

¿Cómo se logra eso?

Es una decisión de los ciudadanos. No hay pueblo que tenga mejores gobiernos si no los desea. Los pueblos que tienen buenos gobiernos son porque se han roto por eso y han salido de su comodidad para ir trabajar por eso.

Si el salvadoreño está cómodo «chupando» en la cervecería y viendo partidos de fútbol del Barca y del Madrid, y lo peor, viendo los partiduchos de aquí, donde hay hasta amaños, estamos mal. Bueno, si eso le gusta al pueblo sigamos teniendo gobiernos malos, pero si el pueblo se cansa debe de actuar y tratar de cambiar eso. Tal vez no para estas elecciones pero sí para la próxima.

Usted decía que la nulidad del voto es una forma de protesta y una manera de decir basta ya de un sistema partidizado.  ¿Es así?

La nulidad del voto es un planteamiento mío y además es una decisión personal mía. Yo anulo el voto porque mi conciencia y mis principios no me permiten marcar sobre ninguna de las banderas de esos partidos que no tienen mi aprobación. No están ahí de manera democrática, no fueron escogidos siguiendo un proceso de democracia, entonces no puedo sumarme a esta cosa que erróneamente llamamos democracia.

La democracia es una cosa mucho más compleja y mucho más sublime que levantarse cada cinco años para salir a las calles, llegar a una mesa y hacer todas las pantomimas de democracia. Yo no voy a seguir con esa farsa y voy anular el voto.

¿Qué ha caracterizado esta elección presidencial?

Son varias cosas. Uno, que hay un tercer partido fuerte, que entró a jugar y a romper el equilibrio de dos cabezas de la misma serpiente que teníamos antes, el Frente y ARENA, que son la misma cosa.

Tenemos fuerzas foráneas interviniendo con dineros foráneos, específicamente en la campaña del Frente. Además, tenemos a un partido de derecha, fuerte como lo es ARENA, que no tiene cohesión interna, por eso tienen deserciones y cuestionamientos y críticas de los mismos miembros de ARENA.

Además tenemos a un presidente que si bien ha sido independiente de su partido no ha sido beneficioso para la gente. La independencia ha sido para decir que soy bien caprichoso y me doy los gusto  que quiera. El día que este señor salga de la presidencia tendrá que haber alguien que lo acuse así como él ha acusado al expresidente Flores.