El presidente de la Corte de Cuentas de la República, Rosalío Tóchez, aseguró haber encontrado una millonaria malversación dentro del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS), mientras la diputada Ana Vilma de Escobar era la directora.
Para dar más detalles, Tóchez abrió las puertas de la Corte a los medios para ampliar lo que ayer, durante un programa de televisión, reveló.
Sin embargo, mientras detallaba cada una de las anomalías, entre esas una en la que se involucró el nombre de De Escobar, la legisladora irrumpió en plena conferencia para defenderse.
La diputada de ARENA, que hasta hoy aún no había dado una respuesta ante las acusaciones hechas en su contra, se sentó junto al presidente de la CCR, tomó un micrófono y de forma fehaciente dijo: “Creo que todo funcionario público tiene la obligación de dar la cara”.
Frente a periodistas, y en señal de televisión en vivo, la también exvicepresidenta de la República se mostró convincente de haber sido responsable en su gestión, por lo que incluso acudió en su momento a brindar informes para explicar diversas situaciones como la compra de medicamentos en el ISSS.
– Yo siento que usted me ha calumniado y me ha manchado mi imagen. Me siento agraviada. Y me preocupa sobre todo, y lo voy a decir con mucha claridad, y espero no ofenderlo, señor presidente…
–Y yo le voy a contestar, le dice de inmediato Tóchez.
–De cómo se ha prestado a persecución política algunos de los funcionarios de segundo grado que debían tener alguna posición más seria, que han buscado desprestigiar a políticos como yo. Quisiera ver si se pueden centrar estas investigaciones en la Diego de Holguín. ¿Qué sucedió en el Chaparral? Esos son los casos que tenemos que estar. No buscando en los archivos. Está en su derecho, señor presidente, de buscar lo que necesita. Yo solo quiero decirle que está frente a una funcionaria pública, una mujer honesta, dispuesta a defender su nombre y su honorabilidad. Porque yo tengo un patrimonio y me lo heredó mi padre. Por qué no se investiga el enriquecimiento ilícito de funcionarios. Pero acusarme a mí, que durante mi gestión $17 millones del Seguro Social, a saber qué pasó, es irresponsable.
–Le voy a contestar, con el respeto que usted se merece.
Ana Vilma se puso de pie y le aseguró que tenía que abandonar la Corte de Cuentas. Pero Tóchez le pidió que no se retirara. “No, aguántese. Si usted también vino a decir que yo soy mentiroso”, le expuso.
–Yo he sido transparente. En ningún momento la he acusado. Y le voy a explicar, si yo no vengo acá no supiera lo que perdió el Estado, $22 millones. Ni tampoco he dicho que usted se ha quedado con ellos. Acabo de aclarar que no le voy a manchar su nombre, pero tengo que decir en qué estado quedó. No es cierto que yo estoy jugando a la política. Los $22 famosos millones estaban ahí y que no han sido culpa de usted. No se sienta ofendida. Yo soy correcto, si hubiera la menor duda de usted, no le diría que es una mujer honesta. Si yo tuviera pruebas, la cosa cambiara. Usted no se defendió porque nunca supo. Pero que estuvo usted en ese tiempo, estuvo. Pero yo jamás he dicho que usted ha robado dinero. ¡Jamás!
El presidente de la Corte de Cuentas mencionó, de nuevo, las cuatro visitas “cordiales” que tuvo de miembros del partido ARENA: de Ernesto Muyshondt, Jorge Velado, Hugo Barrera y Norman Quijano, candidato a la presidencia del partido de derecha. Con los cuatro tuvo conversaciones de las que no dio mayores detalles. Es ese momento, Ana Vilma de Escobar vuelve a pedirle el micrófono para cerrar su defensa y retirarse.
–La corrupción debe combatirse venga de donde venga. Y en ningún momento nos vamos a prestar para tapar a nadie. Yo le pediría cuáles son las investigaciones que va a realizar de lo que está sucediendo en este momento. Y gracias por expresarle a los medios que usted no tiene ningún señalamiento contra mí. Y que yo no he robado nada.
–Entonces que lo confirme. Porque ya confirmado licenciada, le juro que ya la tuviera en los tribunales, le reitera.
–Y yo señor me hubiera hecho presente.
–Yo sé que sí.
Al levantarse de su asiento, la diputada y el presidente se despiden con un apretón de manos. Y Ana Vilma de Escobar, sin hacer más espera, se retiró del salón de la Corte de Cuentas.