El presidente de la República, Mauricio Funes, y el partido Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) se acusaron mutuamente de estar detrás del terrorismo cibernético. Mientras el mandatario dice que ARENA tiene contratados expertos para llevar a cabo en esta práctica ilegal, el partido de derecha rechaza esta imputación y la considera ridícula.
El presidente Mauricio Funes acusó esta semana a ARENA de tener contratados expertos en terrorismo cibernético.
Esta denuncia forma parte de las revelaciones de Funes sobre el caso de una supuesta donación de una compañía europea de energía a una empresa fundada por un expresidente salvadoreño en Estados Unidos. Según el gobernante salvadoreño, esos fondos fueron usados para desestabilizar a su gobierno a través de ataques lanzados en internet.
Funes incluyó en esas maniobras a ARENA porque dijo que del dinero que el exgobernante recibiría en la ciudad de Washington, el partido opositor tiene contratados a columnistas, asesores de imagen, expertos en terrorismo cibernético y estructuras de inteligencia.
Estas declaraciones, en las que Funes acusa a ARENA de sembrar ataques a través de internet, fueron calificadas de “ridículas” por algunos miembros de la derecha. Ernesto Angulo, diputado de ARENA, las rechazó completamente. Para él, su partido no realiza ese tipo de acciones y negó tener alguna oficina que sirva de centro de operaciones para lanzar embates.
Angulo dijo no saber qué pensar de los nuevos comentarios hechos por Funes: “Ya no sé qué creer, todos los días se inventa algo”, respondió.
Pero consideró, en cambio, que lo que habla es producto de su “salud mental”. “Yo creo que entre tanta cosa, sería bueno establecer la salud mental del presidente, porque demasiado pasa obsesionado en agredir a ARENA. Yo ya desconfío de eso”, añadió.
Sin embargo, el legislador y miembro de la Comisión de Seguridad del Parlamento salvadoreño, aseguró que el gobierno despilfarra dinero en campañas millonarias para atacar de forma masiva a su partido. Otros miembros de ARENA, dijo Angulo, han manifestado haber sido víctimas de ataques.
A la espera de que en un futuro se establezcan controles y mecanismos de seguridad para combatir el ciberterrorismo, Angulo expresó que todos los ataques que habrían sufrido, como hackeo de cuentas de correo electrónico, de claves en redes sociales y robo de información privada provienen del gobierno.
“No tenemos ninguna duda de que es el gobierno de la República es el que está metido en este asunto de espionaje y de todas estas cosas cibernéticas”, agregó.
¿Qué ocasiona el terrorismo cibernético?
Según Oliver Atoa, del departamento de seguridad de Netxar Technologies, Inc., el terrorismo cibernético, como cualquier otro tipo de terrorismo, tiene la meta implícita de reducir la confianza de la sociedad en la forma de vida.
El terrorismo cibernético dirige su atención hacia sistemas de información y redes de comunicación críticos, como el internet (o a la infraestructura digital en general), para explotar como dinamita y causar daño a la sociedad.
La frase «terrorismo cibernético» no debe ser usada a la ligera: en este caso no estamos refiriéndonos a virus digitales comunes o a piratas cibernéticos que entran a los sistemas por diversión, sino de ataques cuyos resultados pueden ser catastróficos y hasta degenerativos, dice Oliver Atoa.
El ciberterrorismo, que puede provocar el miedo entre los usuarios del ciberespacio, muchas veces busca robar bases de datos del gobierno, bancos y cualquier institución de interés.
Solo en Latinoamérica, para 2012, se registraron ataques a través de Flamer, un código cuyo objetivo es el robo de información. El Flamer, descubierto por la compañía rusa Kaspersky Lab, inició sus operaciones en Oriente Medio para atacar plantas industriales.
ESET, compañía que presenta soluciones de software de seguridad, sostiene que los códigos maliciosos ya no ofician de meros componentes aislados, sino que son una herramienta fundamental de los cibercriminales para delitos de índole mayor.
Flamer solo es uno de la infinidad de códigos que son usados para ejecutar el ciberespionaje.
El director de inteligencia nacional de Estados Unidos, James Clapper, participó hace algunos meses en una audiencia en el Congreso sobre las amenazas de los ataques y el espionaje cibernético para la seguridad del país.
Durante su testimonio, Clapper expresó que el llamado “ciberterrorismo” sigue siendo una de las peores amenazas mundiales para la seguridad estadounidense y que puede dañar de manera crítica la infraestructura como la red eléctrica en EE.UU.
El director de inteligencia citó como ejemplos de este tipo de ataques los ocurridos el año pasado contra las páginas web de instituciones financieras estadounidenses y contra 30.000 computadoras de la compañía de petróleo saudita Aramco.