El Juzgado Quinto de Vigilancia Penitenciaria decretó este miércoles arresto domiciliar para el exfiscal general Luis Martínez, la cual entraría en vigencia hasta el 26 de agosto, fecha en que cumple su condena por revelar información privada de un caso que implicaba al exsacerdote español Antonio Rodríguez.
La medida de prisión domiciliaria se debe a que Martínez aún enfrenta dos procesos legales por delitos de corrupción, en el Juzgado 4° de Instrucción y el Tribunal 3° de Sentencia respectivamente.
Martínez saldría del sector 9 del Centro Penal La Esperanza (Mariona), desde donde siguió la audiencia de forma virtual y en donde se encuentra recluido desde 2017. Anteriormente se encontraba guardando prisión en el ahora clausurado centro penal de Metapán.
La medida sólo será aplicable, según determinaron autoridades de la Dirección de Centros Penales, si hay brazaletes electrónicos en existencia, ya que el juzgado determinó además que Martínez porte uno de estos dispositivos de forma permanente.
Los sobornos que Martínez recibió por parte de Enrique Rais también colocan al exfiscal bajo la lupa de los Estados Unidos. Un informe del gobierno norteamericano, publicado en 2019, indicó que en 2016, Martínez fue condenado a pagar $8,000 por parte del Tribunal de Ética Gubernamental.
Esos sobornos recibidos por Martínez lo tienen enfrentando un caso en el que se le acusa de 10 delitos, incluido lavado de dinero. El exfiscal está preso desde enero de 2017 en el penal de Mariona, donde el expresidente Saca y su grupo de colaboradores cercanos pagan sus condenas por actos de corrupción.
Martínez es el principal señalado en el denominado “Caso Corruptela”, que implica una red de venta de justicia a cambio de dádivas al interior de la Fiscalía General de la República que él dirigió. De acuerdo con las investigaciones, Funes, Rais y otros empresarios habrían sobornado a Martínez para que no fueran investigados por varios casos en los que estaban implicados.
Con esos sobornos, Martínez habría incurrido en lavado de dinero, a través de la introducción de dinero por el sistema financiero y también por medio de la contratación de consultorías de pantalla y de personal con afinidad al exfiscal Martínez, que ayudaban al desvío de dinero que posteriormente iba a dar al pago de gastos suntuosos.
Como parte de la Operación Corruptela, Martínez y su séquito habrían sustraído de cuentas especiales de la Fiscalía más de $735 mil y además habrían recibido dádivas por más de $1.5 millones por parte de personas como el exempresario de la basura Enrique Rais y el expresidente Mauricio Funes.