Cuatro años después que fuera arrestado en una casa de campo en las orillas del Lago Coatepeque en Santa Ana, a donde se ocultaba de ser capturado; Chepe Diablo recibirá su sentencia por lavado de dinero y activos en modalidad continuada, además de delitos conexos.
La vista pública contra José Adán Salazar Umaña –Chepe Diablo, el exalcalde de Metapán, Juan Umaña Samayoa, y tres de sus parientes, concluyó el pasado 12 de febrero con el anuncio por parte del Tribunal 2° de Sentencia de San Salvador de emitir su sentencia el 06 de abril, cuatro años y dos días después que la red de lavado de dinero que montaron los metapanecos entre 2003 y 2017, fuera desmantelada por la Fiscalía General de la República (FGR).
A lo largo de la vista pública, que abarcó de octubre del año pasado a febrero de este año, la Fiscalía hizo desfilar una serie de pruebas y testigos, que ponen en duda los movimientos financieros que Chepe Diablo y su núcleo familiar realizaron por casi 15 años.
El centro de operaciones de este entramado de lavado, de acuerdo con indagaciones fiscales, fue Agroindustrias Gumarsal, desde donde se operaban 32 sociedades creadas para blanquear el dinero, que según el Ministerio Público, habría sido obtenido de actividades relativas a las drogas, principalmente en los años 90.
Dicho dinero, sostuvo la parte acusadora del proceso, fue colocado en un inicio en Agroindustrias Gumarsal y en la sociedad Hoteles de El Salvador (HOTESA). Fiscales del Grupo Contra la Impunidad (GCI). Pruebas periciales y el testimonio de expertos financieros, apuntan a que el dinero para conformar Gumarsal provino de Chepe Diablo, quien se desvinculó de esa sociedad en 1998, solo para reaparecer nueve años después con la compra de un stock de acciones, que luego fueron a parar a su ahijado, Wilfredo Guerra Umaña, por debajo de su precio real en el mercado.
El metapaneco de 72 años se enfocó en HOTESA, una cadena hotelera caracterizada por casi nunca tener huéspedes, pero por alguna razón, le ayudaron a su dueño y fundador a incrementar su patrimonio en más de $8 millones, según un informe pericial citado por la Fiscalía en la vista pública.
A través de pagos de deudas autorizados por HOTESA al mismo Chepe Diablo, así como otras transacciones dudosas, la Fiscalía calcula que solo Chepe Diablo, aumentó su patrimonio en 14 años, en $5,671, 541; de los cuales $3,856,351 no han sido justificados.
Uno de los fiscales del caso sostuvo que lo movilizado por esta estructura en los 14 años de investigación, fueron $508 millones, entre las transferencias realizadas por las sociedades, compra de vehículos, bienes inmuebles, entre otros.
El monto malversado en estas operaciones, agrega la FGR, es de $132 millones, si se toma en cuenta la participación de los procesados ausentes, como Wilfredo Guerra Umaña, expresidente de Agroindustrias Gumarsal al momento de los allanamientos y capturas llevados a cabo en 2017.
El esquema de lavado, señaló la Fiscalía, funcionaba de esta forma: Las 32 sociedades del clan Salazar-Umaña obtenían productos financieros en diferentes instituciones para lograr su estratificación. Este dinero tenía un ciclo de integración, ya que se depositaba en efectivo, luego este era transferido a diferentes cuentas de la misma sociedad o de otras que formaban el grupo Gumarsal.
Las nuevas sociedades, así como las que ya eran parte del grupo Gumarsal, fueron vendidas a otras firmas domiciliadas en Panamá, destinadas a beneficiar a la fundación Cultivando el Progreso, cuya junta directiva estaba integrada por Juan Umaña Samayoa, Romelia Guerra, Wilfredo Guerra, Tránsito Ruth Mira y Miriam Haydee Salazar.
Además de la condena de 20 años de cárcel solicita por la FGR para los acusados, se ha pedido a los jueces de la causa, avalar una responsabilidad civil de un poco más de $175 millones contra los acusados, de los cuales, solo $4,4 millones corresponden al núcleo familiar Salazar Umaña.
Capo de la droga
A finales de los años 80 Chepe Diablo comenzó a acumular una gran fortuna con negocios turbios. En 1991, con ese dinero oscuro, fundó HOTESA, que desde entonces siguió extendiéndose hasta sumar siete hoteles en Santa Ana, Sonsonate, San Salvador, La Libertad, La Paz y Usulután.
Sin embargo, en 1997 las ganancias de Chepe Diablo aumentaron exponencialmente. En esos años fundó con su amigo Juan Samayoa Umaña la empresa comercializadora de granos Gumarsal que desde entonces acumuló $170, 952,288 los que, de acuerdo con la tesis de la Fiscalía, son de origen oscuro.
El 30 de mayo de 2014 la presidencia de Barack Obama incluyó a Chepe Diablo en la Ley de Designación de Cabecillas Extranjeros del Narcotráfico, la conocida como Lista Kingpin o Lista Clinton, cuyo propósito es detener las actividades ilícitas de personas u organizaciones extranjeras relacionadas con el narcotráfico que, con el paso del tiempo, pueden convertirse en amenazas para la seguridad de Estados Unidos.
De acuerdo con la designación, el Cártel de Texis, la organización que se presume encabezó Chepe Diablo, controlaba el tráfico de drogas en el Oriente de El Salvador y, según informes tanto de la inteligencia de la Policía Nacional Civil (PNC) como del Organismo de Inteligencia del Estado (OIE), trabaja con traficantes de Guatemala.
Chepe Diablo llegó a ser una figura de trascendencia pública en el país: fue presidente de la Liga Mayor de Fútbol y tuvo negocios con el ahora vicepresidente Óscar Ortiz, que en la actualidad es el secretario general del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).
Según informes de inteligencia tanto de la PNC como del OIE, Chepe Diablo fundó el Cártel de Texis con el exalcalde de Metapán y Roberto Herrera, alias el Burro, que actualmente está condenado por delitos de crimen organizado.
El 27 de agosto de 2018 La Prensa Gráfica publicó que la PNC estaba investigando a Chepe Diablo por delitos relacionados con el tráfico de drogas. Siete años antes de esa publicación, la PNC delegó a un equipo de investigadores para seguir los pasos del ahora procesado por lavado de dinero.
Uno de los investigadores relató que en una ocasión le dio seguimiento a una transacción de droga ocurrida frente al hotel Tolteka, ubicado en Santa Ana, propiedad de Chepe Diablo. El agente observó una camioneta del Cuerpo Diplomático que se estacionó frente al establecimiento. Después observó que un hombre trigueño, de unos 40 años, bajó del automóvil, se dirigió al baúl y sacó tres maletas negras que se las entregó a un empleado del hotel.
El agente, que aparece en la investigación como Cecilio, confirmó después que las maletas estaban llenas de droga y que el verdadero receptor era Chepe Diablo.
En la investigación, los agentes armaron un esquema sobre los socios y las conexiones de Chepe Diablo en el negocio de la droga.