El ministro de Trabajo, Rolando Castro, estaría conspirando para tomar represalias contra el empresario Fito Salume. Así lo aseguraron a Diario 1 fuentes gubernamentales que pidieron el anonimato.
La molestia de Rolando Castro sería por las revelaciones que hizo este diario el pasado 11 de agosto en las que se detalló el presunto móvil del asesinato de Weder Meléndez, un sindicalista y agitador que estaba al servicio del ministro de Trabajo.
Al día siguiente de la publicación, Rolando Castro compartió en Twitter la nota donde se detallaba que su amigo había sido asesinado por presuntos vínculos con pandillas y narcotráfico, y lanzó acusaciones contra Fito Salume. Sus mensajes los concluyó con una amenaza para el empresario.
El acoso a las empresas desincentiva la inversión, la actividad económica y la generación de empleos, especialmente durante una pandemia como de la del Covid-19, ya que hasta el momento se han perdido miles de empleos y ha crecido la pobreza. Además, todas las gremiales empresariales salvadoreñas siempre han reiterado que están a favor de que se cumpla la ley y se investigue cualquier infracción a las mismas, siguiendo el debido proceso y sin que el control gubernamental sea utilizado como un mecanismo de acoso político.
Las fuentes gubernamentales aseguraron que, a raíz de la publicación de Diario 1, Rolando Castro se puso furioso y comenzó a conspirar para tomar represalias contra Fito Salume.
Lo primero que hizo fue insistirle al presidente Nayib Bukele que comenzara una persecución sistemática a través del Ministerio de Hacienda contra las empresas de Salume. Al parecer, al inicio, Bukele no habría prestado atención a su ministro, pero finalmente habría aceptado.
La tarde del domingo fue capturado Miguel Ernesto Daura Mijango, representante legal de la empresa INTRATEXT de El Salvador S.A. de C.V., al parecer propiedad de la familia Simán.
En un primer momento la Fiscalía General de la República (FGR) y funcionarios del gobierno de Nayib Bukele aseguraron que Daura Mijango era el responsable de evadir $293 millones en impuestos. Sin embargo, según el requerimiento fiscal, el monto observado sería de $5,336,293.33.
El caso ha desatado críticas contra el gobierno, pues prestigiosos economistas y analistas políticos han señalado que en estos momentos de crisis por la pandemia del Covid-19, el gobierno debería trabajar por la unidad de todos los sectores de la sociedad salvadoreña.
El mismo Javier Simán, presidente de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP), publicó la mañana de este lunes un comunicado donde señala que El Salvador “atraviesa momentos complicados” y “necesita de la ayuda de todos los salvadoreños trabajando unidos para sacarlo adelante”.
“A las autoridades del gobierno les pido que reflexionen. Con sus actuaciones arbitrarias y abusos de poder están destruyendo no a una empresa, una familia, ni un apellido, sino las fuentes de ingreso de miles de familias salvadoreñas”, dice el comunicado.
Luego agrega: “No es momento para atacar desde el Estado a los que creen que somos enemigos solo porque pensamos diferente. Al final, todos buscamos tener un mejor país y eso debería de ser suficiente para que entendamos que solo juntos lograremos sacar adelante a El Salvador”.
Simán hace énfasis que “en medio de esta crisis” el gobierno debería estar “cuidando los empleos y pensando en las familias salvadoreñas”.
El enojo de Rolando Castro
Rolando Castro supuestamente intensificó su enojo a raíz que Diario 1 publicara que Weder Meléndez, sindicalista y agitador del ministro, habría sido el operador de una estructura delincuencial dedicada a la venta de drogas y lavado de dinero, la cual a su vez sería dirigida por el propio Rolando Castro.
De acuerdo con la Policía Nacional Civil (PNC), Weder Meléndez, asesinado el pasado 7 de agosto, fue atacado por dos hombres, cubiertos con pasamontañas, que se conducían en una motocicleta. Los sujetos se le acercaron y le dispararon a quemarropa.
Tras las acusaciones del ministro Castro, sus agitadores comenzaron a acusar directamente, sin pruebas, al alcalde de San Salvador, Ernesto Muyshondt, del asesinato.
Muyshondt ha catalogado a Rolando Castro como el ministro del desempleo. Además, hace algunas semanas el edil mostró en redes sociales cajas repletas de documentos que probarían “una enorme cantidad de abusos” que el ministro de Trabajo realizó mientras trabajaba en la alcaldía de San Salvador.
Muchos de esos abusos, según Muyshondt, tienen que ver con “horas extras no devengadas, plazas fantasmas, uso de recursos municipales para el sindicato ASTRAM o para beneficio personal del señor Rolando Castro”.
Rolando Castro dijo en redes sociales que Weder Meléndez fue dirigente de ASTRAM durante 15 años y también líder del Movimiento Social Comunitario.
Sin embargo, una fuente dijo a Diario 1 que conoció al sindicalista asesinado y que, además de ser agitador al servicio de Rolando Castro, estaba vinculado a la MS-13 y al tráfico de droga.
La fuente detalló que Weder era el responsable de la distribución de cocaína, piedra y marihuana en distintos sectores de San Salvador. Su ruta comenzaba en la zona sur de San Salvador y llegaba hasta el Distrito 5, es decir, en San Jacinto y la colonia Guatemala, donde fue asesinado.
También, según dijo la fuente, operaba en todo el Centro Histórico. Además, en la 5 de noviembre y la Garita, en la frontera con Ciudad Delgado.
La misma fuente dijo que Weder tenía alianzas con algunas clicas de la Mara Salvatrucha que operan en San Salvador y que su muerte estaría relacionada a un ajusticiamiento por parte de sicarios de la misma pandilla. El motivo: quedarse con dinero del negocio. Así lo detalló la fuente a Diario 1.
Weder Meléndez, de 40 años, era uno de los agitadores de Rolando Castro, lo apoyaba desde los tiempos en que el ministro de Trabajo laboraba en la alcaldía de San Salvador como jefe de Parques y Jardines.
En ese tiempo, Rolando Castro fue señalado por dirigir una red de plazas fantasmas y manejar un grupo de choque compuesto por furiosos agitadores. También por favorecer con negocios al prófugo de la justicia, Enrique Rais.
Además, Rolando Castro fue señalado por vínculos con pandillas y con líderes de vendedores informales acusados por el delito de extorsión.