En noviembre de 2017, pocas horas después que el Hermano Toby falleciera, sus hijos llegaron a la casa de su esposa Gabriela Flores y le pidieron la clave de la caja fuerte. Querían saber lo que su padre, el pastor general del Tabernáculo Bíblico Bautista, había dejado guardado.
Gabriela les pidió tiempo. Les dijo que no era el mejor momento. Pero los hijos insistieron. Fue entonces que ella abrió la caja fuerte.
Los enfrentamientos entre Gabriela y los hijos del Hermano Toby continuaron. “Uno de los momentos más difíciles que tuve con el hijo de mi esposo fue cuando por equivocación me envió un mensaje de texto, pues confundió el número que me habían asignado con el número de la asistente María Teresa Coto. Me escribió pensando que era María y me dijo que le parecía precipitado efectuar el traspaso a mi favor de la Range Rover, deteniendo el proceso de traspaso”.
Poco antes de morir, el Hermano Toby le compró a su joven esposa una camioneta de lujo: una Range Rover 2017 valorada en más de 100 mil dólares. Sin embargo, nunca la puso a nombre de Gabriela.
Por eso, cuando el Hermano Toby murió, sus hijos comenzaron a bloquear los trámites de traspaso. Al menos eso dice la viuda del expastor general en un expediente judicial en el que se acusa a Toby Jr. por expresiones de violencia contra la mujer.
“Toby Jr. se ha prevalecido del poder que ostenta bajo el cargo de pastor general de la Misión Bautista Internacional para no darme el traspaso de un vehículo que mi esposo me dio de regalo de cumpleaños en agosto de 2017 y que por motivos de salud no pudo traspasarme”.
“Su hijo Toby Jr. y Patricia López Bertrand, ambos de la junta directiva de la Misión Bautista, quedaron de dármelo en un año… Pero, el 26 de marzo de este año, mi hermano Nelson Flores me dijo que había tenido un altercado afuera del parqueo de mi domicilio, porque personas en vehículos de la Misión Bautista Internacional estaban tomando fotos y videos con sus celulares, de manera descarada, sin percatarse que personal de mi seguridad y mi hermano los estaban observando”.
“Recibí una llamada de María Teresa Coto y me dijo que es por el tema del vehículo. Le respondí que ese tema lo trataran directamente conmigo, más no acechando mi propiedad. Al finalizar la llamada, temiendo por mi vida, decidí ir a poner una denuncia contra estas personas que están rondando mi casa, pues yo no conocía sus intenciones. Treinta minutos después tocan el timbre de mi casa y el personal de seguridad me dice que era la Policía y que había una denuncia por un vehículo robado dentro de mi propiedad, lo cual me sorprendió, pues no sabía de qué hablaban”.
“Salí en uno de mis vehículos a interponer una denuncia a la Fiscalía, pues no sabía qué pasaba y mi vehículo fue interceptado a una cuadra de mi casa, por lo cual no pude ir a la Fiscalía a poner la denuncia. La policía me acompañó a mi casa y me explicó la situación, más no se me mostró ninguna denuncia, ni una orden de allanamiento. Los policías insistieron en que debían entrar a mi casa, pero sin ningún tipo de documentación que amparara la petición”.
“Después llegaron cinco personas identificándose como inspectores de Patrimonio, otra patrulla policial y finalmente las personas de la Misión Bautista que habían estado tomando fotografías. Una de las personas de Patrimonio amenazó con llevarme detenida, alegando que la camioneta Range Rover 2017 tenía reporte de robo… Al final de una larga y agotada discusión, entregué voluntariamente mi vehículo a la policía”.
Gabriela continúa relatando que fue llevada a una delegación policial donde rindió su declaración por la presunta camioneta robada. Pero los problemas, según ella, no terminaron ahí:
“Luego de eso, otra forma de violencia que Toby Jr. ha ejercido en mi contra fue al momento de cancelarme las tarjetas de crédito, las cuáles eran anexas a la tarjeta de mi esposo. Empezó a cuestionarme mis gastos personales, como diésel, compras del supermercado… Toby Jr. me controlaba las salidas de dinero”.
“El día de la muerte de mi esposo, observé que mi celular no tenía señal y era porque Toby Jr. ordenó que me cortaran la línea. Intenté comprar comida y me doy cuenta que mis tarjetas habían sido canceladas… Mi mamá llegó en mi representación a las oficinas del Tabernáculo a una reunión donde se me entregaría el documento del dinero y hablaríamos de la situación del traspaso de la Range Rover. Mi mamá me pidió que pararan los ataques. Le entregaron el documento a mi mamá, pero quedaron pendientes del traspaso del vehículo. Cosa que nunca sucedió”.