En busca de lucir quizá más acongojado de lo que se había mostrado durante el funeral, Mario Huezo profirió el pasado 17 de abril un discurso ante las decenas de personas que lo acompañaron a él y a su familia a las exequias de quien había sido su compañera de vida, la periodista Karla Turcio, quien trabajaba para La Prensa Gráfica.
Aparentemente descolocado y ajeno a la realidad, como había permanecido desde que su pareja desapareció el pasado 14 de abril, Huezo enfatizaba en su discurso en el amor que le profesaba a Karla Turcios y en su incertidumbre ante cómo iba a sacar adelante a su hijo, el cual jugaba en los engramados del camposanto en el que sería enterrada su madre.
De repente, un hombre mayor del que no se sabe su relación con Huezo, lo interrumpe y le pide que parara de hablar, dejando escapar una escalofriante frase: “deje de decir lo mismo, porque de todas formas, todas estas personas no le creen”.
Las incongruentes actitudes mostradas cuando reportó la desaparición de la periodista y sus publicaciones en redes sociales tras el crimen, entre otros aspectos, llevaron a las autoridades a sospechar del publicista, hasta poder dar con su captura durante la noche del pasado lunes.
Personas que estuvieron en el círculo cercano de la pareja no eran ajenos a estos comportamientos inusuales por parte de Mario, pero eso no le impedía realizar una vida social ni disfrutar de sus pasatiempos como la ciencia ficción y los foros de internet.
Allegados a la pareja que hablaron con Diario1, en condición de anonimato, explicaron que era sabido por varios amigos que Mario es una persona supuestamente neurodivergente, una condición que usualmente se atribuye a aquellos diagnosticados con autismo, pero que también puede atribuírsele a quienes poseen desorden de atención o algún tipo de dislexia.
Para ahondar en el tema, Diario1 consultó con la psicóloga Beatriz Cortez, quien explicó que la neurodivergencia surge como un concepto para eliminar las etiquetas de lo que es bueno o malo en el análisis del comportamiento humano.
La neurodiversidad, resalta la especialista, está ligada a una serie de condiciones psicológicas, entre ellas el autismo y la dislexia: “Las personas neurodivergentes se comportan de forma distinta a la norma, pero no significa que puedan llegar a adaptarse a la sociedad”, expresó.
Personas neurodivergentes o con condiciones ligadas pueden llegar a presentar cambios de humor e incluso presentar comportamientos violentos, asevera la experta: “Todos (los neurodivergentes) pueden reaccionar de forma distinta”, agrega.
Para tratar de entrar en el mundo de una persona neurodivergente, según Cortez, las demás personas deben de cumplir con ciertos códigos para poderse identificar con ellos. A la vez señaló que la neurodivergencia no implica que una persona no pueda llegar a desarrollar una capacidad intelectual destacable.
Amigos y conocidos de Mario Huezo coinciden en la capacidad intelectual que por momentos llegó a demostrar y a la que daba rienda suelta, al compartir datos sobre películas basadas en tiras cómicas, a través de sus cuentas de redes sociales.
Con Karla Turcios llegó a compartir una serie de códigos y eso facilitó su compenetración hasta el punto de convertirse en pareja sentimental. Ambos, entre otras cosas, compartían su afición por la ciencia ficción y los dibujos animados japoneses (anime).
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Una persona neurodivergente no necesariamente tiene que desarrollar condiciones concretas como dislexia o el autismo, aclara Cortez. Esta condición, prosigue, puede desarrollarse a través de carga genética o puede detonarse por un evento en concreto.
Asimismo destaca que “este tipo de personas no necesariamente demuestran su dolor con llanto (…) Lo normal para un neurotípico es llorar en un funeral o hablar con las personas, pero ellos no necesariamente, ya que podrían estar jugando en su teléfono en un momento como ese, pero no significa que no estén dándose cuenta de lo que están pasando, sino que ellos manejan sus emociones totalmente diferente a nosotros”.
Lo anterior podría explicar la atípica reacción de Huezo durante el funeral de Karla Turcios, su anuencia a hablar con los medios en un momento de dolor y su actitud serena al ser capturado y dar la cara a la prensa en la Dirección Central de Investigaciones de la Policía Nacional Civil (PNC).
También comentó que la neurodivergencia implica una carga genética la cual se transmite a la tercera generación. Es decir, si una persona neurodivergente tiene hijos, puede que estos no hereden la condición, pero lo más seguro que los siguientes descendientes adquieran la condición.
Esto está ligado a la condición del hijo de Mario Huezo y Karla Turcios, ya que al parecer es autista.
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Debido al comportamiento que acostumbró mostrar ante sus amigos, Mario Huezo era visto como alguien incapaz de infringir daño físico en alguien o incluso matar. No obstante y según lo ya conocido acerca de la neurodiversidad, una reacción violenta ante un estímulo por parte de este tipo de personas siempre es latente.
Quedará por ver lo que determine la Fiscalía acerca del móvil del crimen y qué estímulo en concreto pudo haber llevado a Mario Huezo a un extremo como el asesinato de un ser querido.