Desde una oficina en San Salvador pagada por el gobierno, Raúl Mijango planificaba con pandilleros de Mara Salvatrucha (MS-13) y Barrio 18 cómo extorsionar a grandes empresas. El exguerrillero había convencido a esas estructuras pandilleriles que tenían que mutar y exigir no solo dinero sino también productos para montar negocios.
El director de la Unidad Especializada de la Fiscalía General de la República (FGR), Allan Hernández, afirmó este martes que las pandillas cuentan con una nueva modalidad para extorsionar a grandes empresas y que el cerebro de estas operaciones es Raúl Mijango.
La revelación surge después de una investigación realizada por la Fiscalía mediante la cual se logró documentar que Raúl Mijango y las pandillas Mara Salvatrucha (MS-13) y Barrio 18 en sus dos facciones, Revolucionarios y Sureños, exigieron a una empresa agroindustrial, en una primera etapa, dinero en efectivo. Luego cambiaron el método de extorsión y solicitaron granos básicos con sus respectivas facturas.
En total, las pandillas y Raúl Mijango extorsionaron con más de $800,000 a una empresa en cuatro años, desde 2010 hasta el año 2014.
“Las pandillas han evolucionado desde su etapa embrionaria, como simples delincuentes, hasta conformarse como una empresa criminal”, indicó Allan Hernández, quien resaltó que la tregua entre pandillas fortaleció a los grupos criminales en su operatividad, logística y en su poder armamentístico.
La investigación fiscal señala que las pandillas comenzar a la extorsionar a la empresa agroindustrial desde el año 2010. “Esta extorsión inicia en el 2010 y consistía en el pago de cantidades que variaban según los sectores y estas cantidades oscilaban entre los $75 y $175 diarios”, detalló, por su parte, el jefe de la Unidad Especializada Antiextorsiones de la Fiscalía, Alfredo Quijano.
Las pandillas exigían $15,000 mensuales a la empresa a cambio de respetar la vida de sus empleados. Aunque esta modalidad finalizó en 2013, las pandillas recibieron $500,000 en concepto de extorsiones.
En medio del proceso de la tregua entre pandillas avalada por el gobierno de Mauricio Funes, el excomdante guerrillero Raúl Mijango cambió las reglas del juego a las pandillas. “Cambió el pago en efectivo a pago en especies”, sostuvo Allan Hernández.
En una oficina cerca del hotel Novo, en San Salvador, que era pagada por el gobierno, Mijango convocó a una reunión a los representantes de la empresa que estaba siendo extorsionada bajo la excusa de “mediar” con las pandillas.
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Mijango convocó a nueve cabecillas de tres pandillas: Por el Barrio 18, facción Revolucionaria, llegaron Carlos Ernesto Mejía Sambrano, alias “El Donky”; Luis Alfredo Velásquez Rivera, alias “El Chino Alf”; Nelson Ricardo Carrillo Granados, alias “El Zer”; Julio César Reyes Gómez, alias “El Chory”. En representación de la facción Sureña asistieron Rafael Eduardo Jordán, alias “El Chafa Rafa” y William Antonio López Zelaya, alias “El Conejo”, mientras que por la MS-13 estuvieron presentes Danni Fredi Ramos Mejía, alias “El Cisco”, y Rubén Antonio Rosa Lovo, alias “El Chivo de Centrales”.
Vía telefónica participaron otros tres cabecillas: César Daniel Renderos, alias “El Muerto de las Palmas”; Marcelino Antonio Guillén Molina o José Antonio Martínez Chávez, alias “El Cagüina”, y José Francisco Alvarado Durán, alias “El Niño Crazy”
Los representantes de la empresa extorsionada se quedaron atónitos con las palabras de Mijango al inicio de la reunión. “Aquí no se trata de quitar ninguna extorsión. Aquí lo que se trata es de ver de qué forma salen gananciosos las pandillas y la empresa”, dijo Mijango, quien negoció una renta valorada en $6,000 mensuales de granos básicos para las pandillas. El valor total de esta extorsión se elevó a más de $108,000 en granos básicos que fue otorgado durante 18 meses.
En esa fecha, Raúl Mijango estaba inmerso en la tregua entre pandillas y llegaba con frecuencia al despacho del ministro de Justicia y Seguridad, David Munguía Payés, para notificar los avances del proceso que significó una reducción de homicidios. Además, con la tregua los pandilleros recibieron beneficios carcelarios.
A simple vista, reducir de $15,000 mensuales a $6,000 en granos básicos era un mal negocio para las pandillas. Pero el exguerrillero convenció a esas estructuras delincuenciales que era lo contrario. “No se preocupen; les va a servir a ustedes como una empresa, van a poder contratar a los mismos pandilleros o a sus familiares para que distribuyan ese producto”.
La Fiscalía documentó que la empresa agroindustrial otorgó a las pandillas $108,000 en granos básicos en concepto de extorsión.
Los granos básicos fueron llevados hasta una bodega ubicada en el municipio de Soyapango. La bodega era propiedad de Raúl Mijango, quien tenía responsabilidad en la logística de distribución para su posterior comercialización, según la Fiscalía.
Sin embargo, en 2014 los pandilleros se comunicaron con la empresa y expresaron que ya no querían más producto. En esa fecha la tregua había finalizado y las pandillas urgían de dinero. Optaron por cheques bancarios, que fueron cobrados por un pandillero identificado como José Ramiro Mejía Henríquez.
Desde junio de 2014 hasta la fecha, la empresa ha entregado $6,000 mensuales en renta a las tres pandillas. La extorsión actualmente se divide así: $3,000 para la MS-13 y $1,500 a cada una de las dos facciones del Barrio 18, de acuerdo con la investigación fiscal.
“Él (Raúl Mijango) no es ningún mediador, él no era un intermediario, él es un extorsionista”, dijo el director de la Unidad Especializada de la Fiscalía, Allan Hernández.
La Fiscalía giró este martes una orden de captura contra Raúl Mijango, quien se encuentra hospitalizado, acusado del delito de extorsión. Además, está siendo proceso por su participación en la tregua entre pandillas.