Al occidente del departamento de La Libertad y al nororiente del departamente de Sonsonate, un grupo dedicado a robos y sicariato en el que actuaron al menos 25 personas sembró el terror, ya que entre 2014 y 2015 cometieron por lo menos once ejecuciones ordenadas por terceros que ofrecían dádivas a cambio de los crímenes.
La facilidad con la que este grupo operaba y la forma en cómo eludió por tanto tiempo la ley, se debió a que contaban en sus filas con seis policías, que según investigaciones proporcionaban de equipo para hacer pasar a sus integrantes como miembros de la corporación policial.
En los once casos de homicidios documentados por la Policía Nacional Civil (PNC), se comparte un patrón: Un número considerable de hombres vestidos como policías irrumpía en una vivienda, simulaba el allanamiento de una vivienda y sacaban a la fuerza a una determinada persona, a quien daban muerte.
De acuerdo con la Policía, este no era el único modo en el que operaba la banda, sino que además recopilaba información e informaba sobre futuros blancos a los que se podía atacar.
Este viernes, de las 25 personas a las que la Policía y la Fiscalía investigó por meses, 23 fueron arrestadas, entre ellos los seis policías que las conformaban: cinco agentes y un motorista.
El director de la PNC, Howard Cotto, reveló los nombres de los policías capturados: Joaquín Arévalo (motorista), Elmer Aníbal Rodríguez, Sergio Zepeda, Gerardo Rivas, Fidel Antonio Galán y Víctor Manuel González Cuellar. A todos ellos se les imputará entre otros cargos, el cometimiento de homicidios.
Si bien Cotto mencionó que la mayoría de crímenes a cargo de esta banda obedecen al pago de dádivas, no quiso precisar el monto pagado a la estructura y las personas que podrían estar detrás de los pagos.
De los once casos de homicidios con los que se vincula a esta estructura, agregó el jefe policial, dos de ellos están confirmados que su móvil fue el “encargo” de alguien más que pagó una dádiva a cambio del crimen.
En el operativo la Policía además incautó: nueve pistolas, un revolver, un fusil, 235 cartuchos, 14 cargadortes, tres chalecos, 17 uniformes policiales, un uniforme militar, un par de esposas, una motocicleta y 4,990 dólares en efectivo.
Pese a que uno de los policías acusados habría dicho que sus crímenes fueron cometidos mientras él y sus compañeros se encontraban de servicio, Cotto quitó relevancia a los comentarios: “Prefiero no tomar una actitud contestataria porque están claramente demostrados los hechos”, señaló.